Triple crimen de Cipolletti comienza el juicio politico al juez



A Pablo Iribarren y Alvaro Meynet se los acusa de mal desempeño en la causa que se inició para investigar el asesinato de las tres chicas en 1997, noticiasdelbolson dialogo con Ulises Gonzales padre de dos las tres victimas pidio que no queden impunes los asesinatos tambien pidio por el caso Otoño Uriarte y Guillermo Neumann.

Dos funcionarios judiciales rionegrinos serán juzgados por su presunto mal desempeño en el primer Triple Crimen de Cipolletti, según lo resolvió este viernes el Consejo de la Magistratura de la provincia. Pablo Iribarren y Alvaro Meynet (juez de instrucción y fiscal de la causa) irán juicio político por la polémica investigación iniciada entorno a los crímenes de María Emilia y Paula González y Verónica Villar, ocurridas en noviembre de 1997.



La lectura de cargos se efectuó este viernes, en la Ciudad Judicial, y se determinó elevar los expedientes a juicio político. La denuncia contra los funcionarios judiciales fue radicada por integrantes de la agrupación Familiares del Dolor que encabeza Ulises González, padre de dos de las víctimas.


Juez Iribarren

La determinación se tomó en forma dividida, aunque con amplia mayoría y sólo Jorge Crespo, representante del Colegio de Abogados de Roca, fue el único que votó en contra.

Según confirma la agencia de noticias ADN, habrá una causa para cada funcionario. Contra el juez Pablo Iribarren (actualmente en el juzgado de Instrucción 12, de Roca), será llevada adelante por la Procuradora General, Liliana Piccinini.

Resta definir quién realizará la acusación contra Meynet, quien será juzgado por su actuación como fiscal de la investigación del Triple Crimen de 1997. Actualmente, se desempeña como juez de la Cámara Criminal Primera de Cipolletti.



"Todo comenzó la tarde del 9 de noviembre de 1997 en Cipolletti, provincia de Río Negro, Argentina, cuando María Emilia González de 24 años de edad, decidió salir a caminar con su hermana menor, Paula de 17 años. Ellas dos pasaron a buscar a una amiga, en el auto de su padre, Verónica Villar, de 22 años, y juntas las tres salieron a caminar, pero antes pasaron a buscar a otra amiga, pero no la encontraron.

Juntas empezaron a caminar por un circuito donde caminaba mucha gente frecuentemente.

A medida que pasaban las horas, los padres de las tres jóvenes, comenzaron a preocuparse cada vez más a medida que las jóvenes no aparecían, ellos hicieron la denuncia policial en la comisaría de la ciudad, pero la policía demostró una falta de interés en la desaparición, por lo tanto familiares y amigos comenzaron la búsqueda, pero sin éxito.

El 10 de noviembre continuó la búsqueda: las radios, los vecinos, los familiares, amigos, bomberos, fuerzas policiales, aviones. Sin éxito. Hasta que en la mañana del 11 de noviembre de 1997, un vecino del lugar salió a caminar junto con dos personas y su perra, siguiendo la vía del ferrocarril que se conecta con la ciudad de Cinco Saltos, hasta que de repente la perra marcó una zona cubierta de arbustos y tamarindos. El vecino se acercó a la zona y observó el cuerpo de Verónica; inmediatamente dio aviso a la policía y cercaron la zona.

El cuerpo de Verónica se encontraba con las manos atadas con los cordones de la zapatilla, con un gran pañuelo que la tenia amordazada, y su muerte se produjo por un profundo corte en el cuello, que aparentemente se hizo con un cuchillo. A pocos metros del cuerpo, se encontraban semienterradas las hermanas González. María Emilia tenía un tiro en la cabeza a la altura del oído y Paula tenía un tiro en la espalda y otro en la cabeza, ambas estaban maniatadas y amordazadas y también habían sido golpeadas.

La escena del crimen no fue la misma en la que se encontraron los cuerpos, sino que fueron trasladadas a ese lugar después de muertas.

Apenas se supo el hecho, todo el pueblo se movilizó como señal de duelo y en reclamo de justicia. El municipio de dicha comuna declaró asueto, se suspendieron las actividades en la facultad, en los colegios primarios y secundarios.

Aún el triple crimen no se puede esclarecer completamente porque existió además de un encubrimiento por parte de la policía de la ciudad, un desvío de la búsqueda el mismo lunes 10 de noviembre de 1997 y un desvío permanente en la marcha de la investigación".

Hasta el momento, se ha emprendido un juicio en el que han declarado los padres, amigos, familiares de las víctimas, pero como consecuencia del feroz encubrimiento el juicio no puede avanzar. Sólo se han encontrado dos culpables hasta el momento, que permanecen detenidos son Claudio Kielmasz (quien aportó el arma asesina) y Guillermo González Pino, señalado por su ex concubina como autor del crimen.



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