El programa incluye gratiferia y exposición de iniciativas ambientales, elaboración de pan y pizzas en el horno de barro y la plantación árboles nativos en el Jardín Maternal. A las 16.30 se concretará la instalación de mural “Cortafuegos” y para los niños habrá pelotero y castillo inflable gratuito.
En tanto, desde las 17, en el auditorio se lanzará el coloquio “Nosotros y el bosque”, que continúa a las 19 con cine debate "La historia de las cosas", "La isla de las flores", y otros cortos y mediometrajes documentales sobre ambiente y consumo.
En tanto, desde las 17, en el auditorio se lanzará el coloquio “Nosotros y el bosque”, que continúa a las 19 con cine debate "La historia de las cosas", "La isla de las flores", y otros cortos y mediometrajes documentales sobre ambiente y consumo.
A las 21, cierra con un recital de El Clan (rock celta, de Lago Puelo), Leo Pi y otros músicos. También habrá servicio de buffet y se sortearán plantas nativas.
Sin facturas
Desde el grupo “Arco Iris” adelantaron que “no es nuestra intención pasar facturas. No vamos a detenernos en lo que se hace y no se debe hacer, ni en lo que se debe hacer y no se hace. Vamos a ver desde todos los sectores y actores involucrados qué es lo que entendemos que es fundamental que se haga, antes, durante y después. Qué y cómo podemos hacer nosotros, qué tenemos que exigir. Vivimos rodeados de bosques, los amamos y queremos cuidarlos y no seremos responsables de su paulatina desaparición”.
Recordaron al respecto que “hace ya más de un año, un rápido y voraz incendio en un día bajó del cerro Currumahuida y quemó once casas, además de bosques y forestaciones. El 2 de marzo del 2011 una oportuna y fuerte lluvia se encargó de apagarlo”.
“Estábamos en pleno proceso electoral y vimos gestos ampulosos de un gobierno que quería ser reconocido como sensible y eficaz. La lluvia no nos dejó ver hasta adonde podrían haber llegado las llamas. La campaña electoral y sus promesas confundieron y postergaron los reclamos”, valoraron.
El 3 de enero pasado “comenzó otro incendió tan rápido y voraz como el anterior, con la única diferencia que la lluvia tardó más en llegar y como consecuencia la extensión fue mayor. El sábado 8 de enero llovió y pocos días después el fuego se fue apagando”.
Luego de ambos siniestros, “hemos visto y escuchado anuncios de actos de gobierno que no entendemos y nos llaman la atención: como la distribución de tanques australianos en las áreas que ya se quemaron, en lugar de planificar futuras contingencias o que se anuncie que se plantarán 4 hectáreas de bosque nativo (a ese paso necesitaremos 1000 años)”
Antes “veíamos forestaciones en un estado tal de abandono que solo tenían como destino ser combustible de un incendio. Durante el incendio vimos de todo, pero lo que más queremos destacar fue la descordinación entre quienes tenían a su cargo el combate contra el fuego y los pobladores que lo sufrían”, castigaron.
En ese marco, observaron “la importancia de la participación de los vecinos organizados, ya que estos son los que conocen el terreno y son los directos interesados del éxito del operativo”.
En consecuencia, luego del incendio “varios vecinos nos juntamos para organizar un festival solidario, para sanar el espíritu del pueblo con alegría, y nos propusimos celebrar la unión y la esperanza, pensar qué nos pasa, exigir se esclarezca lo que nos pasó y proponer la reparación y las futuras acciones de prevención y manejo”.
En definitiva, la propuesta es “mantener la antorcha encendida una vez que se apague el fuego. No esperar a juntarnos ante la amenaza del próximo humo o la sirena y no delegar la discusión en las instituciones, ni en el gobierno”.

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