Somos los padres de Juan Enrique
Schott, Eugenio Tretyakov y Nehuen Marino, a quienes educamos para que sean una
buenas personas, correctas y respetuosas a la ley y de su prójimo. De lo cual
siempre nos hemos enorgullecido, siempre tuvieron buen comportamiento y sus
amigos siempre los apreciaron mucho. Carta esta
dirigida a toda la sociedad y a sus funcionarios judiciales.
Nuestros
hijos , quisieron disfrutar de los hermosos paisajes de esta provincia, pero
encontraron la muerte injusta ( El Bolsón, 25 01 2011) en manos de un homicida
indolente, violento, transgresor de las normas y de toda regla de convivencia y
humanidad.
Evidentemente creíamos en la justicia y en sus
funcionarios pero nos hemos equivocado, la mayoría de los jueces y fiscales, defienden a los
violentos, a los que transgreden las normas, a los homicidas, es decir a
aquellos que son todo lo contrario de lo que se necesita como sociedad.
No podemos
entender esta terrible actitud, que fallo tras fallo, es vuelta a confirmar.
Uno al ver esto se siente totalmente indefenso ante estos individuos que son
“sobreseidos” con total impunidad y dejando una sensación de burla ante la
sociedad que espera y reclama protección por parte de la justicia.
Nosotros
hemos recabado información la cual repetimos en otras cartas, que en las
provincias de Santa Cruz y Chubut, caso Marecco y Lesteller, los jueces y
fiscales dieron fallos ejemplares de homicidio con dolo eventual, siendo que el
código penal es el mismo en estas provincias que en Río Negro o en cualquier
otra provincia, demuestra que estos fallos ejemplares solo dependen de la
VOLUNTAD y DECISION de los jueces y fiscales y es mentira que tienen atadas las
manos, vemos en cambio que estos funcionarios solo desatan las manos de
homicidas, violentos, transgresores y delincuentes.
La sociedad
reclama urgente protección, pero solo
encuentra desidia, soberbia y una cruel e inhumana indiferencia hacia la
víctima por parte de los funcionarios judiciales, quienes se esfuerzan en
defender más los derechos del victimario.
Creemos que
los funcionarios aun están a tiempo de poder cambiar esta situación, la
historia demuestra en muchos ejemplos que la injusticia y la indiferencia
llevan a una reacción violenta por parte de la sociedad que busca esa
protección que no encuentra en quienes deben proveerla.
Este
proceder no tiene justificación pues los funcionarios tienen la educación y
formación necesarias para ser conscientes de lo que están generando.
Nos parece
terrible que solo el hecho de tener el poder de hacer justicia, no lo hagan.
Entonces nos preguntamos, para que nos sirven, porque están ahí, si no nos
protegen.
A pesar de
todo creemos que la capacidad de reflexión de estos funcionarios, quienes
tienen la oportunidad de dar lo mejor de
si como profesionales con vocación de justicia.
Queremos
creer que no nos equivocamos en educar a nuestros hijos, como muchos padres
mas, en los valores de defender la vida, respetar al prójimo, en tener la
responsabilidad de sus actos o quizás
nos equivocamos y la justicia nos corrige con sus fallos y nos demuestra
que es todo lo contrario o sea el caos, la indolencia, la impunidad, la
violencia es lo correcto.
Tretyakov, Vasyl Timofeyeva, Olha padres de Eugenio.
Marino, Pablo Monetti, María
Cristina padres de Nehuen.
Schott, Enrique Esteban Hernanz, María Cristina padres de Juan.
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