Mal momento


Es un clima de pre guerra. La verdad. Todas esas convocatorias a enfrentar el enemigo que primero era el campo, después eran los grupos hegemónicos, después Clarín, después Magnetto. Todo tan poco serio, todo tan inconsistente.
Lo único que permanece es ese llamado a la batalla. Desgasta. Empobrece. Entristece. Cansa.




Les reconozco a los Kirchner el camino keynesiano que vertebrado en la obra pública y distribuyendo plata con subsidios que además paliaron la situación de hambre, reactivaron la economía, reconstruyeron la dignidad.



Lamento que los Kirchner hubieran privilegiado un esquema que por sobre todas las cosas favoreció a los negocios que los rodeaban a ellos por sobre una infraestructura que hubiera facilitado un modelo de país en que se generara permanentemente nuevas fuentes de trabajo extendiendo la clase media de manera que nos envidiara el mundo.



Fatiga de material – (incluso el hierro kirchnersta se desgasta y falla)



Parece que hoy faltó gente en la plaza.



Si, la verdad es que, lo confieso, entre los ausentes estuve yo, que soy parte del enorme contingente de ultra mini empresarios mezclado con cuentrapropismo ambicioso, que como no me ingresan 40 mil mensuales como a los periodistas del sistema de medios del oficialismo, las deudas me impidieron pensar en contraer nuevas deudas para acompañar a la movilización.



Parece que en las islas Malvinas, como en Irán, a cada momento están por usar armamento nuclear. Aunque siempre parece que esto fuera a ocurrir cuando las papas queman en cercanías a la Presidente. En fin, que con o sin uranio enriquecido nadie compró lo del golpe de Estado. Para alegría del gobierno nacional, la ciudadanía se solidarizó con gendarmes y prefectos, pero con discreción.



Ah. Y el 7D. D de diluvio universal. D de desastre mayúsculo. Uno no deja de imaginar que la vida será un antes y un después del 7 de diciembre cuando un tal Magnetto autorice a sus esbirros a proceder con la desinversión que la patria justa le exige.



Ahhhhh, que maravilla, Néstor Buzzo festejará el triunfo como un general romano y nos anunciará que merced a la Ley de Medios viviremos en una sociedad más justa, resuelto el tema de la generación de empleo, sin inflación, con sueldos que nos permitirán acceder a la vivienda propia y que pagaremos felices los impuestos porque estos volverán en nuestro beneficio, no en el de los cientos de funcionarios instruidos en el estilo Idi Amin, que juntaron plata en containers.



Paja. Todo paja. Y me refiero al tallo seco de algunas gramíneas porque no soy tan moderna como el ministro de gobierno rionegrino Luis Di Giácomo que aprovecha una conferencia de prensa para describir a la política de seguridad de la gestión anterior como una masturbación intelectual. Di Giácomo da cool, no?



Total que usted, vos, ella, él, yo, todos sabemos que las cosas están mal, que la inflación nos está matando, que la inseguridad es imbancable, que hay una tristeza justificada de la que solo escapan los funcionarios bien rentados y sus amigos empresarios, socios en los negocios.



Ahora volvamos a Río Negro.



Ya ni vale la pena hablar de estos 10 meses, ¿no? Todo el mundo se sabe de memoria lo del gatillo, lo del vice y socio minoritario que hereda todo como en esas películas en que la 4º mujer de 20 años hereda la fortuna del empresario de 80 años, con una ristra de hijos del 1º matrimonio que enfurecen y contagian de furia a los de 2º matrimonio que arrastran a los de tercero. La viuda y su amante, el jardinero de 20 lamentan mucho causar semejante dolor. Lo lamentan desde Las Bahamas (el muerto jamás ahorró palabras de elogio para el Caribe británico)



Seriedad después de 42 semanas de gobierno en los que de gobernar mejor ni hablemos pero que, si, es cierto, vamos, ocurrió de todo.



Total que la nueva gestión podría describirse en un sentido geopolítico con maridaje con la concentración económica del Alto Valle, pero, también podría decirse que hay una ensalada de vedetismo reivindicativo de los 70 con el único fin de lograr la bendición de la Presidente y un asalto de vivillos que empiezan a beneficiarse con las ventajas que denostaron públicamente y que les permitieron acceder al poder merced a la prolija y bien diseñada difusión de denuncias.



Un poco de todo



Sería bastante pavo imaginar que los roquenses celebran haber logrado semejante número de funcionarios ya que la mayoría de los vecinos son tan ajenos a los beneficios del poder como cualquiera de los domiciliados en Catriel, Bariloche o Viedma, pero, sin dudas, hay un conjunto de familias roquenses que serán aceptadas en la mesa de la élite que hace un par de generaciones que dejó de ajarse al sol del rigor agrario. Ahora esto de los buenos negocios ampliará el ingreso de algunos que ni soñaban con esta posibilidad, al club de los pocos privilegiados.



Sin que sepamos todavía que pasó con las firmas truchas; con las listas negras; con los 2.660.000 de pesos de “el sol del 25 viene asomando” con CFK, 4 horas en Bariloche; con los autos chocados o incendiados; con el incremento de 861 % de publicidad entre julio y agosto de 2012, con los planes sociales que se troncharon y no fueron reemplazados; con los beneficios de Horizonte o el Iaps, por seguros de vida, que solo un par pudieron cobrar; con el Tren Patagónico; con los presupuestos subejecutados; con las deudas a proveedores que son modestas panaderías o viudas (radicales) que le alquilan un galpón al gobierno; con los insumos imprescindibles en los hospitales; con las horas extras que se distribuyen entre amigos; con los vuelos; con el combustible; con los 7 mil ñoquis; con la ciudad administrativa en Viedma; con los 140 funcionarios super bien remunerados que hoy son casi 400, digo, sin que sepamos que pasó con tantas cosas denunciadas y desestimadas por este gobierno que prefiere negar la realidad tratando de tapar el sol con la mano, seguimos esperando respuestas.



El gobierno apostó al respaldo del diario Río Negro que no respalda, ni ahí, a la presidente Kirchner y menos aún a la cohorte setentista, en el marco de un escenario nacional que se dificulta, con las acciones del gobierno nacional en baja, mientras la inflación y la inseguridad crecen en forma proporcionalmente inversa.



El pasto podría volverse orégano para aglutinar a un radicalismo que ahora descubre que no había gobernado tan mal, para un sindicalismo opositor que ahora descubre que es salida para el trabajador humillado, para un peronismo que se obstina en ser peronista, para un Río Negro que afirma que General Roca es una linda ciudad, una más entre tantas otras que construyen cada día la realidad de la Provincia.



Claudia Beltramino