Se encontraba en muy grave estado el joven de 26 años que se disparó en la cabeza. Sufrió una lesión craneoencefálica y su pronóstico era reservado. Permanecía internado en terapia intensiva, con asistencia respiratoria, pasadas las 22,30 del sábado falleció.
Aparentemente, el joven llegó cerca de las 6 de la mañana a su casa en estado de ebriedad. Antes de ingresar habría efectuado varios disparos. En el interior de la casa, discutió con su pareja de 23 años de edad, en presencia de su hijo, de 4 años de edad. El joven se sentó en la cama y se disparó en la sien derecha, frente a su pareja. La mujer llamó rápidamente al comando radioeléctrico pidiendo ayuda, según informaron fuentes policiales al diario Río Negro.
El arma, calibre 22, fue secuestrada por la policía, que llegó al lugar y encontró al joven con signos vitales. Luego fue trasladado al Hospital Zonal.
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