Sobre la ex ruta 40, orillando la imponente cordillera, al
pie de las nacientes del Rio Chubut, que es el Arroyo Las Minas, en el Portal
de entrada de la Meseta rionegrina, se encuentra el Pueblo de ÑORQUIN-CO.
Vivir en esta tranquila aldea es un verdadero desafío, a las
tempestades climáticas (vientos con ráfagas de más de 100 km por hora), y a la
paciencia de los vecinos ante la adversidad.
El lunes 1º de julio se cortó la luz y hoy 3/07 siendo las
10hs todavía no se ha solucionado. Si tan sólo fuera vivir a oscuras, o
alumbrándose con el sol de noche y tener un sosiego personal de no tentarse de
ver TV, sería poco el enojo.
Pero a este inconveniente,
de los cortes semanales de luz, se le suma que los vecinos no tenemos
agua, a las pocas horas del corte se agotan las reserva de los tanques y nos
quedamos sin provisión de agua “potable”.
Así es.
Los motivos por los cuales hace casi 48hs. no hay agua
fueron que los fuertes vientos,
provocaron la caída de postes y alambrados, que están dentro de propiedades
privadas y al no tener caminos consolidados, el camión que llevaba la solución,
se atasco en el campo arado.
La pregunta es la siguiente: ¿la empresa EDERSA no tiene que
garantizar el trazado de la línea de luz, por el espacio público? (rutas,
calles, caminos vecinales etc.),de esta forma hubiera sido más rápida la
solución del corte.
Este problema de los cortes lo vienen padeciendo los vecinos
hace muchos años.
¿No sería hora que el actual
gobierno y la Legislatura revisaran lo que debe y lo que no deben hacer
las empresas “privatizadas” de servicios y, si es parte de la “HERENCIA” de
gobiernos anteriores, tomar decisiones y quitárselas, por los mismos medios por
las que fueron entregadas (Leyes, decretos, etc.).
A EDERSA se le autoriza a aumentar las tarifas a sus
clientes, recibe subsidios por qué dicen que es deficitaria, y realizan un
pésimo servicio dejando a cientos de vecinos al borde de una emergencia
sanitaria.
El regreso de la luz trae aparejado que la red vuelva a
circular el agua y que llegue a las casas de los vecinos, no es inmediato,
sumado a que arrastra la arenilla que trae el rio y hay que dejar asentar antes
de consumir, llega agua “achocolatada” dicen los empleados del DPA.
En la zona rural el poblador de Fitamiche, Fitatimen Chacay
Huarruca , esperan con paciencia y resignación, las obras de electrificación
rural, que llevaría ese servicio a sus chacras.
El corderito que consumimos en los festejos familiares, es
producto del sacrificio de familias enteras, que año tras año y por varias
generaciones sobreviven, sin la elemental comodidad de tener luz en sus casas.
Los vecinos no esperan la condena, esperan la acción.
Cecilia Gori
DNI Nª13322401
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