La
barilochense sufrió una mala praxis a los 11 meses de vida que la dejó en
sillas de ruedas hasta los 7 años. Sin solución en el país, sus padres la
llevaron a Cuba, en donde los médicos le dijeron que tenía el 80% de atrofia
muscular pero que había solución y, como parte de la rehabilitación, debía
estar dos horas por día en el agua.
La
joven de 15 años tiene luxación de cadera, lo que no le ha impedido ser
subcampeona en el Sudamericano escolar ni campeona nacional. En septiembre, se
consagró en 50, 100 y 200 metros pecho, 50, 100
y 200 metros mariposa, en los 50, 100 y 200 metros libres y en los 200 y 400
metros combinados, en el torneo de selecciones argentinas. Todos sus logros en
convencionales.
Es
por eso, que el llamado de Edith Arraspide –entrenadora nacional y de FADESIR
(Federación de Deportes en Sillas de Ruedas)- sorprendió a su coach,
Maximiliano Caballez.
"Nos
convocaron para ir a Buenos Aires y ahí, un médico del Comité Paralímpico y un
técnico de natación, nos van a determinar si la luxación de cadera de Maite la
perjudica para desarrollar algún estilo de la actividad y así poder competir
con los chicos con discapacidad, algo que nunca hizo y que siempre fue una
buena noticia para ella, ya que siempre luchó por no ser discapacitada".
Aun
así, su entrenador dijo que a ella le encantaría competir en el
Parapanamericano porque "quiere representar a Argentina". Aunque
aclaró: "Ahora tenemos la cabeza puesta en el Sudamericano de Mococa, que
arranca el miércoles. Y si hablamos del año que viene, nuestro objetivo es que
clasifique a un mundial, siempre hablando de torneos para chicos convencionales".
A
su entrenador le dijeron que Maite tiene muchas posibilidades de competir en la
modalidad pecho. Sus preferidas son: 100 y 200 mariposa y 200 combinados.
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