Carta de lectores- “MI PUEBLO ESTABA SUFRIENDO Y HUBO QUIEN NO LO ESCUCHO”.

Para algunos fue una década ganada. Pero somos muchos los que pensamos que no fue así.
Tiempos de odio sembrado y destilado. El resentimiento, el desprecio por los ciudadanos y el relato único - entre otros “logros”-, fueron marcando las divisiones y el aislamiento social entre argentinos.
Vemos partidos políticos desmantelados como taperas y apropiados para la inacción democrática. Y lo más grave: miles de militantes rentados, subsidiados, puestos para pisotear la participación ciudadana genuina.

No hace falta ser Benjamín Solari Parraviccini para profetizar que a finales del 2015 esto será tierra arrasada. La era Menemista -en comparación-, pasará a verse como una pequeña estafa frente a tamaña realidad presente. El objetivo nacional al que llaman “Modelo” es hacer negocios privados con fondos públicos. Ni más, ni menos. Lo vimos en la Reprivatización de YPF, en el negocio de Vaca Muerta con Chevron, en la ampliación de plazos de concesión a las petroleras por 30 ó 40 años más, en la megaminería y el monocultivo de la soja, en el negocio de la obra pública, en los arreglos con Venezuela (y la crisis energética por cerca de 15.000 millones anuales), en el negocio del juego (como elemento de respaldo político financiero), en las cuevas del dólar paralelo, en el desfinanciamiento del Anses y del Banco Central, en la deficitaria Aerolíneas Argentinas; en los índices de desocupación y pobreza real; en el negocio de los funcionarios con el turismo y los excesivos feriados (cadenas de hoteles y empresas de servicios); en la máquina de hacer billetes y las bóvedas de Calafate… y así podemos seguir hasta el cansancio. Este gobierno no dejó sector sin meter mano.
Cuando esta gestión termine se verán los despojos. Cuando tengan que rendir explicaciones a la Justicia, la realidad será otra. Terminará la farsa de contar que existen un NEA/NOA prósperos, se verán detalles sobre la lapidación de los fondos del Estado y el gasto excesivo; el feudalismo e impunidad en varias provincias; subsidios y obras públicas ligadas a funcionarios y un vergonzoso capitalismo de amigos.
Varios de nuestros ministros, gobernadores, presidente y vice, no pueden justificar su patrimonio “en blanco”. Son populistas multimillonarios con una doble moral. Por eso no es casualidad que no funcione ningún organismo de control del Estado (UIF -Unidad de Información Financiera-, Defensor del Pueblo, Inadi, Sedronar, etc) La transparencia brilla por su ausencia.
Con esta improvisación planificada, conseguimos consolidar un país bananero sin bananas. La República del Sálvese Quien Pueda. Sin respeto por la división de poderes. Los Legislativos funcionan como escribanías, el Poder Judicial está amenazado desde el Consejo de la Magistratura, y los aprietes generalizados son constantes desde el poder más alto.
Destruimos la cultura del trabajo. A nuestra Educación, otrora ejemplo en Latinoamérica, le pusimos el “mayor presupuesto”, pero los resultados fueron los peores en calidad.
Merecen un párrafo aparte los mercenarios del periodismo. Aquellos que se convirtieron en los voceros rentados del gobierno. Bajo el adoctrinamiento de la pauta oficial, o de promesas de fondos repartidos discrecionalmente desde los organismos de comunicación del Estado, las radios comunitarias y populares dejaron de denunciar la corrupción y al poder “fuera cual fuere”, como lo hacían antes. Todos se alinearon y moderaron el discurso, teniendo una actitud complaciente y militante sobre la realidad. Pasaron a engrosar la troupe de aplaudidores.
Mi Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de la Plata, manchó por nada su reputación y prestigio otorgando a Hugo Chávez y a Rafael Correa el premio “a la defensa y libertad de prensa Rodolfo Walsh”, cuando en la práctica estos personajes demostraron su intolerancia y desprecio por el Periodismo. Junto a esto surgió la idea trasnochada de poner el nombre de Néstor Kirchner a esta casa de estudios; que fue un centro de lucha y resistencia en la dictadura de los 70 y la que mayor porcentaje de estudiantes desparecidos tuvo en la ciudad de las diagonales. Elegir este nombre para la Facultad de Periodismo es como seleccionar al de Robledo Puch para una guardería infantil.
Pretendo analizar esta lista de horrores, simplemente para permitirme ejercer el derecho humano a la libertad de expresión y a la genuina pluralidad de ideas.
Sueño con vivir en un país libre y previsible donde los Derechos Humanos no sean oficinas usadas como bastiones políticos de ocasión. Donde el derecho a la tierra sea una Política de Estado, y no se promocionen las usurpaciones desde el gobierno.
En Argentina todos los partidos políticos han tenido aciertos y errores, pero son la fuente donde se nutre nuestra democracia cada cuatro años. Seguramente estas estructuras degradadas y menospreciadas serán rescatadas en breve. En especial el Partido Justicialista, que lejos está hoy de levantar las banderas de la Justicia Social.
Esta usurpación del kirchnerismo, junto al rechazo manifiesto por la figura de Perón; y la insistencia de acomodar los relatos históricos a su conveniencia, nunca se vió.
En un nuevo 7 de junio “Día del Periodista”, me gustaría pronunciarme a favor de esta noble profesión.
Hace algunos años tuve la suerte de trabajar con una de las tantas secretarias privadas de Eva Perón. Esa persona participó de la "Fundación María Eva Duarte de Perón" Dependiente del Ministerio de Trabajo y Previsión (1946 hasta 1955). Ella era periodista y de las mejores, con una vasta experiencia. Recuerdo que siempre me repetía: “el Periodismo es un oficio más, no hay que creérsela. Informar con la mayor honestidad debe ser una meta diaria. Pensá que enfrentados a la búsqueda de la verdad están los grupos de poder… contra ellos hay que luchar sean públicos o privados. Cuando estos te compran el alma, te condicionan y te manejan, nuestra profesión de periodistas deja de tener sentido,…nunca te olvides de eso”.
Todavía quedan muchos Periodistas en las trincheras, luchando contra estos tiempos de corrupción y desamparo. Vaya mi profundo reconocimiento para todos los que trabajan en silencio y pueden mirar a los ojos a sus seres queridos. Aunque tengan que comer arroz.
Rodolfo Horacio Fernández.
Periodista. Lago Puelo. Chubut





















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