Lo aseguró Diego Conde, integrante de la comisión directiva. Esta mañana habían dicho que lo marginarían del equipo sólo por dos añosEl rugbier Julián Cirigliano, jugador del Club Cirano, fue el protagonista de un repudiable video que se viralizó en la redes sociales y que generó un amplio rechazo en distintos ámbitos. En las imágenes se ve cómo los amigos lo filman desde un auto corriendo y empujando desde atrás a un hombre en situación de calle para luego subirse al vehículo entre risas y escapar.
Si bien el violento ataque ocurrió fuera del ámbito del club en el que juega, la institución tomó nota de lo que pasó y anunció ayer que la comisión directiva se reuniría para analizar qué sanción iba a aplicar sobre el joven. Finalmente, el club apenas resolvió suspender por dos años tanto a Cirigliano como a los amigos que filman la agresión y que -de común acuerdo- los jóvenes aceptaron hacer tareas comunitarias.
"Repudiamos enérgicamente todo hecho de violencia, en términos generales y particularmente este hecho. Los socios identificados han sido suspendidos, en los términos que lo dispone el Estatuto del club San Cirano. Esta suspensión la realizamos por considerar que su accionar no representa los Valores que promueve nuestra institución", expresó el club en el comunicado.
En ese sentido, informaron que los socios en cuestión han aceptado hacer realizar tareas comunitarias, como acción reparadora de tan lamentable acto de violencia, colaborando solidariamente con las fundaciones "Amigos en el camino" y "Frío Cero", organizaciones sociales dedicadas a atender personas en situación de calle", agregaron.
El video fue dado a conocer por el usuario de Facebook Facu Viberti: "Este pibe se llama JULIAN C. juega al rugby, se lo ve cagado de risa empujando a un pobre hombre de la calle, este video es UNO de muchos. Lo subo porque una persona con tan pocos valores, no puede jugar a un deporte tan honesto como el rugby. Y que este pibe y sus amigos, no jueguen NUNCA mas", expresó indignado el usuario
A partir de la publicación de las imágenes, los comentarios fueron insultos hacia los protagonistas y repudio por la agresión. Desde distintos ámbitos el rechazo por su accionar fue generalizado, por lo que llama la atención la leve sanción aplicada por el club y más si se tienen en cuenta que hubo castigos ejemplificadores en otros casos de conductas violentas y antideportivas.
Sin ir muy lejos, en julio pasado un club de Tucumán suspendió por 99 años a un rugbier que mordió y le arrancó un dedo a un rival durante un partido. En abril, por ejemplo, la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) sancionó con 29 años a un jugador que le pegó una brutal patada en la cabeza a un rival.
Diego Conde, miembro de la subcomisión de Rugby del club, dijo a TN que la institución repudia el hecho y que "no es acorde con los valores" de la institución. Si bien aclaró que los jóvenes sancionados "no van a representar más los colores del club", aseguró que no los van a echar y que los van a obligar a que le pidan disculpas a la víctima.
"Lo que decidimos es que no representen más los colores del club y lo que les ofrecí y capaz me haya equivocado es que hagan tareas comunitarias. Porque acá muchos quieren que les corten la cabeza, (…) pero creemos que reparar un error es mejor que echar a una persona".
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