Presentaran un documento a la justicia pidiendo mayor presencia judicial en El Bolsón


El Grupo de Familiares de Víctimas de Violencia y GEN presento esta mañana el documento que será elevado a las autoridades  provinciales de los organismos de Justicia, Legislatura y Poder Ejecutivo a fin de solicitar a las autoridades que se implementen los sistemas de asistencia y acompañamiento a las víctimas y sus familiares, como así también la creación de un juzgado  penal en la ciudad.



El grupo GEN y el Grupo de Familiares de Víctimas de Violencia en la Comarca Andina (Río Negro y Chubut), hacen un llamado a las autoridades de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo, para que se administren los recursos necesarios a fin de mejorar las condiciones de acercamiento del servicio de Justicia hacia los ciudadanos.

En el caso particular de Río Negro, se ve con agrado la implementación, a partir del pasado 1 de agosto, del nuevo Código Procesal Penal, aunque se analiza también la urgencia en cuanto a la plena implementación, por ejemplo, en la ciudad de El Bolsón, desbordada últimamente por hechos de violencia que van en crecimiento.

Este llamado no supone un distanciamiento de los procesos judiciales ni de lo que se entiende como servicio de Justicia, habida cuenta de la necesidad imperiosa que se espera en la relación de esta prestación del Estado con las personas. Pero es posible observar que quienes realizan la tarea de investigación (fiscales), se encuentran al momento sin las herramientas necesarias, tanto desde el punto de vista técnico como en lo que refiere al recurso humano, cuestiones éstas fundamentales e imprescindibles que se señalan en el nuevo procedimiento penal para el esclarecimiento de los hechos.

Desde nuestro lugar, en la difícil tarea que nos toca de luchar a expensas de las adversidades, para que se avance en los procedimientos a fin de lograr apenas un aliciente dentro de todo el dolor que nos envuelve por la pérdida de seres queridos y en forma violenta, apelamos a las autoridades para que se tengan en cuenta las particularidades de nuestras localidades y región.

Creemos que el servicio de Justicia debe poder salvar dichas diferencias, puesto que el gran cambio que se espera tiene que ver más con humanizar e individualizar a las víctimas y sus familiares que con mecanismos genéricos a los que estamos acostumbrados donde las víctimas suelen parecerse a los victimarios y lo que es peor, la Justicia, ese valor tan preciado y digno que constituye y hace a la esencia de nuestras sociedades, en algunos casos aparece distante e imposible de alcanzar.

Además, pedimos a las autoridades que se implementen los sistemas de asistencia y acompañamiento a las víctimas y sus familiares, dada la importancia que se entiende respecto del sostenimiento que merecen las personas que deben soportar, además de la perdida violenta de un ser querido, procesos judiciales que por sus circunstancias terminan siendo desagradables y provocan tanto dolor como el que produce el reclamo.

En ese sentido, sumamos nuestras voluntades, unidas en algunos casos por el mismo dolor y en otros por la vocación de servicio de quienes entienden la necesidad de encontrar caminos de acercamiento, a fin de que la Justicia pueda mostrar el rostro más deseado por los ciudadanos, con el objetivo de sumar, sin que se en tienda el presente pedido como un escollo.
Por el contrario, lo consideramos necesario y urgente en el ejercicio de cumplir con nuestro rol como ciudadanos, también, sin que ello suponga alguna atribución especial, aunque en el convencimiento que fluye por nuestras venas de un dolor que se hace más profundo y espeso cuando el encuentro con la Justicia se produce a la distancia.

Siendo conscientes del costo operativo y presupuestario que supone la disponibilidad de policías especializados; de oficinas de atención a las víctimas y de procesos que puedan llevarse a cabo en nuestras localidades y no a la distancia, sabemos esperar con el respeto y la paciencia que hemos conocido, tras el dolor de lo inexplicable. No obstante, esa paciencia no nos excluye de hacer visible el pedido y en todo caso, el reclamo, acaso, ni siquiera con la inquietud de resolver nuestros pesares particulares sino con el ideal de que las muertes violentas que tuvimos en suerte, puedan convertirse en la esperanza para otras personas que deban transitar los mismos destinos.

Desde ese lugar y con la convicción de que no resignaremos un instante en el pedido y también en la disponibilidad para acompañar lo que pudiera ser necesario a fin de lograr la cercanía tan deseada, hacemos el presente llamado a las autoridades, convencidos además de que estamos haciendo un aporte al resto de la sociedad.












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