El piloto de Messi: es de Comodoro

Mateo García Girves  le contó a Jornada su experiencia. “El regreso fue muy animado porque se ganó, pero el festejo fue tranquilo”, dijo.

El joven de 27 años, que vivió en el barrio Pueyrredón y Rada Tilly y se formó en el Aeroclub local, reconoce a la experiencia como “parte del trabajo” aunque resaltó a Jornada la repercusión que tuvo, sobre todo por el resultado deportivo obtenido.
La delegación, con Lionel Messi en el pasaje, partió desde Ezeiza con destino a Guayaquil en un vuelo de seis horas. Tras permanecer un día en esta ciudad, se cumplió el tramo final hasta Quito (cuarenta minutos) para disputar el crucial partido por la Eliminatoria Sudamericana. Después del 3-1 y del eufórico festejo en el estadio Atahualpa; con la clasificación a Rusia asegurada y con una tarea inolvidable del capitán y figura del Barcelona, la Selección emprendió el viaje de regreso directamente desde Quito hasta el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, ruta cumplida exitosamente en cinco horas y media. La tripulación estuvo integrada por Mateo García Girves; Ezequiel Andrés (primer oficial); cuatro azafatas; dos mecánicos y un despachante.
“Por supuesto que tuvimos la posibilidad de saludar a toda la tripulación. Tanto a jugadores, cuerpo técnico y dirigentes les dimos formalmente la bienvenida al vuelo y les informamos detalles del clima y del plan de vuelo, las cuestiones que son de rigor. Del mismo, felicitamos a todos en el regreso que fue muy animado porque se ganó y además se aseguró la presencia de Argentina en el Mundial. A bordo se festejó con mucha tranquilidad. En lo climático, por suerte, tuvimos un viaje tranquilo aunque nos encontramos con algunas tormentas aisladas”, detalló Mateo.
El sueño de volar

“Cuando cumplí 16 años y 9 meses que es la edad reglamentaria, me anoté en el Aeroclub para hacer el curso de Piloto aunque igual me crié entre los aviones y hasta llegué a pilotear con mi papá Alfredo, que tenía una avioneta. Siempre tuve la vocación y aunque viajé a Buenos Aires en su momento para estudiar ingeniería, terminé siendo un piloto profesional”, cuenta Mateo quien reconoce haber dormido más que de costumbre para recuperarse ya que el viaje desde Ecuador aterrizó ayer a las 8.40 en Ezeiza. “En el club tuve como instructores a Gustavo Reynoso, Leonardo Bargues y Juan Martín “Tinti” Escobar, que también hoy es un gran piloto, dedicado a la actividad comercial”. “Estando afuera nunca dejé de volar, de sumar experiencia y de hacer horas que es la manera de que los pilotos sumemos aprendizaje. Hice el curso de Piloto profesional en el 2010 y en este lapso volé todo tipo de aviones, de todo porte y característica. Inclusive llegué a trabajar con un empresario de Neuquén realizando numerosos vuelos privados”. En este tramo, admite haber transportado a futbolistas de la Selección de Uruguay y a figuras varias del espectáculo aunque del mismo modo, reconoce a la discreción como un capital que la profesión requiere casi tanto como pilotear, manejar el instrumental y conocer los procedimientos.
Como en la mayoría de las profesiones, la capacidad y el esfuerzo empiezan a abrir puertas y a generar oportunidades. En el 2014 la empresa panameña Copa Airlines realizó una convocatoria de pilotos aéreos a la que Mateo pudo acceder de manera exitosa. “Viajé dos veces a Panamá hasta que finalmente me dieron el puesto y me instalé trabajando en ese país”. El regreso a Argentina se dio a través de Andes como aerolínea regular y trabajando en vuelos chárter al comando del poderoso Boeing 737 con capacidad para más de 180 pasajeros.
Mateo reconoce que volar en Patagonia, con las particularidades del clima y la casi constante presencia de vientos de las más variadas direcciones y corrientes es una “prueba de fuego” que superada, permite volar en cualquier parte del planeta. “Tuve la oportunidad de comentárselo de Sergio Romero que también es de Comodoro. En las distintas ramas y actividades, tenemos en la región gente que tiene mucha capacidad y personas que se destacan. Yo tengo los mejores recuerdos del Aeroclub, que es una institución ejemplo, por su organización, por el nivel de formación que tiene su escuela de pilotos. Ojalá nunca se pierda la pasión por volar y se siga formando gente. Nuestro sueño es que siempre se siga apoyando la aviación”.#











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