Pintaron un mural en la fachada de la Escuela 258 del Rosauer.El 9 de noviembre se cumplen 20 años del primer triple crimen de Cipolletti, uno de los más aberrantes en la historia de la región, y su recuerdo se hace arte en las paredes de la Escuela 258. El domingo, artistas y mujeres de la Multisectorial pintaron un mural para recordar a María Emilia González, su hermana Paula Micaela y su amiga Verónica Villar. Así vuelven a la vida, como flores unidas por un mismo tronco, en medio del cemento de la urbe.
“Cuidémoslo entre todos, porque es un canto a la vida. Es lo mejor que podemos dejar para no olvidarnos de ellas”, sostuvo la directora de la institución, Patricia Barrera, quien en las vísperas de un nuevo aniversario espera que “todo el pueblo de Cipolletti vuelva a llenar las calles como lo hizo en un principio”,
La idea de pintar un mural allí donde confluyen las calles Belgrano y Brown surgió por iniciativa de un hermano de Verónica Villar. Un día se acercó al establecimiento, consultó si la comunidad accedía y con mucho gusto aceptaron la propuesta. “Para nosotros fue un orgullo que, entre tantas escuelas, nos haya elegido. Nos emocionamos mucho”, aseguró la docente.
El hombre quiso que fuera en esa escuela por la apertura que tienen hacia la comunidad y por el compromiso social que asumen ante distintas problemáticas. “Está hermosísimo, la gente pasa y se queda mirando; y los chicos quedaron deslumbrados”, agregó Patricia.
Primero trabajaron la temática como parte de la formación ciudadana que brindan a los alumnos. Es que, en ese marco, los docentes abordan distintas realidades sociales, algunas de ellas muy crueles y sensibles a la memoria de los cipoleños.
Muchos de los chicos ya sabían algo del primer triple crimen por lo que les contaron sus padres, por lo que, sobre la base de ese registro, los docentes luego hicieron un recorrido histórico para contarles qué pasó hace dos décadas y cuáles fueron sus consecuencias. “Pese al dolor, el mural expresa un mensaje de esperanza y, por supuesto, un deseo de justicia”, consideró la directora.
Fue realizado por el artista Luis Nichela y participaron Fabiola Echemaiche, Angie Riffo, Héctor Zúñiga y Maximiliano Merani.
El crimen que sacudió los cimientos de la ciudad cumple 20 años y todavía sigue impune. Sin embargo, el pedido de Justicia continúa vigente.
Un mensaje de vida
Inicialmente, Patricia contó que existieron temores por parte de algunos docentes que se preguntaban por qué asociar la institución a un hecho de muerte tan horrible y doloroso para todos los cipoleños. Sin embargo, cuando vieron terminado el mural, esos miedos se desvanecieron porque es un mensaje de vida el que se expresa en sus paredes. Más cerca de la fecha, las familias de las víctimas se acercarán para participar de una jornada especial.
Un recuerdo que copa las paredes
Si bien hubo muchos hechos de sangre en Cipolletti –incluso un segundo triple crimen que por poco no fue cuádruple–, el de las tres chicas marcó a fuego la ciudad. Y así lo evidencian hoy las paredes, ya que este mural se suma a otros tres realizados en septiembre. Uno de ellos está sobre la calle Mariano Moreno, a pocos metros de las vías del ferrocarril. Hay otro en la esquina de Belgrano y Esquiú, y uno más en el ingreso a la Facultad de Ciencias de la Educación.
Un solo condenado y muchas dudas
El 9 de noviembre de 1997, María Emilia González, su hermana Paula Micaela y su amiga Verónica Villar salieron a caminar y desaparecieron. Dos días después fueron encontradas asesinadas en un descampado al norte de la ciudad. Por la causa hay actualmente un único condenado, Claudio Kielmasz, aunque sólo por “secuestro agravado”. La hipótesis judicial determinó que más personas participaron del crimen, pero no lograron identificarlos y Kielmasz jamás reveló datos sobre el femicidio.
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