Paso León—El Manso: estudiar a través de las fronteras


 

Elías Delgado Miranda es un joven de 15 años que vive en el paraje El León en Chile, pero estudio en el CET 35 de El Manso, por razones burocráticas no puede concurrir a clases presencialmente, los docentes del CET cada 15 días le llevan las tareas y las correcciones, además de cartas de sus compañeros a quienes no conoce.

Hoy les presentamos la historia de un niño de 15 años que no quiere dejar solo a su padre que es no vidente, Elías estudio la primaria en la escuela hogar 213 de El Manso, desde que empezó la pandemia ya no pudo concurrir porque si ingresa a la argentina no puede volver con su padre cada fin de semana como quiere, “no puedo dejarlo mucho tiempo solo en el campo”, explicó el niño de 15 años.

Cada 15 días, los veterinarios Alejandro Vautier y Alejo Vargas van al encuentro de Elías Delgado Miranda, un estudiante chileno de 15 años que vive en Paso El León y no puede cruzar la frontera para asistir a las clases presenciales en el Centro de Educación Técnica 35 de El Manso, donde está cursando el primer año.




Una historia de amor fraterno y compromiso en la frontera 

“Por suerte me fue bien en matemáticas y educación física, una materia que me gusta mucho. Una lástima, porque me encanta el fútbol y no lo puedo jugar. Es más, todavía no conozco a mis compañeros de curso. Hoy me escribieron una carta y solo tenemos contacto por WatsApp. La última vez que estuve fue en 2018, cuando terminé la primaria en la escuela 213”, explicó.

Con todo, reveló que sus preferencias “están en aprender cosas sobre las vacas y las ovejas, con las que estoy siempre en contacto. Para hacer las tareas, hay temas que busco en Google porque no tengo a quién consultar”.



Ayer llegaron hasta el límite binacional (a 100 km de El Bolsón), marcado apenas por una rudimentaria tranquera de madera (aunque celosamente vigilado por los gendarmes), y alambrado por medio devolvieron al joven las notas de sus últimos exámenes y le dejaron los elementos necesarios para armar un sistema de riego en el campo que posee la familia en la zona alta del paraje trasandino.

En realidad, el jovencito nació en Bariloche y tiene doble nacionalidad. A pesar de las restricciones por la pandemia, podría ingresar a Argentina, pero no podría regresar. Vive solo con su padre no vidente de 63 años y su premisa es cuidarlo, además de atender los trabajos propios de la crianza de unas 15 vacas y otros animales domésticos. Según detalló, “quisiera poder ir a clases de lunes a viernes, me puedo quedar donde mi abuelo, y volver a mi casa los fines de semana”.

Ir a algún colegio secundario del lado chileno lo considera prácticamente imposible: “Cochamó, el pueblo más cercano, queda a tres días de caballo por la cordillera; y Puerto Montt es mucho más lejos y muy caro. La escuela a la que fui siempre en El Manso Medio me queda a solo 35 kilómetros, pero la frontera sigue clausurada”, remarcó.



De igual modo, el adolescente sueña con que “en diciembre puedan venir mis compañeros hasta este lugar. No sé si podremos abrazarnos, pero sería lindo conocerlos y compartir un rato. Claro, para eso seguramente harán falta permisos especiales y cuestiones burocráticas, pero lo cierto es que acá siempre tuvimos más ayuda de Argentina que de Chile”, reflejó.

 

 El CET 35, con orientación agropecuaria, fue creado este año y asisten apenas 17 alumnos. En los próximos días, viajarán todos hasta Viedma para visitar a la gobernadora Arabela Carreras y pedirle que construya el edificio propio, ya que comparten las instalaciones de la escuela primaria 213 y el CEM Virtual de El Manso.

Esfuerzo

Para llegar hasta el punto de encuentro, Elías Delgado tiene que esperar un bote que lo ayude a sortear el curso hídrico siempre caudaloso y desde allí caminar otra media hora hasta la tranquera, donde la guardia aduanera impide el paso.

A su turno, el profesor Alejandro Vautier valoró “el esfuerzo de nuestro estudiante, quien trabaja en el campo diariamente, cuida a su papá y además pone el tiempo necesario para hacer las tareas. Tiene muy buenas notas y ya ha promocionado a segundo año. Salvo en épocas invernales, donde el clima complica los caminos, tratamos de asistirlo y ayudarlo cada dos o tres semanas viniendo hasta el límite. Igual está en contacto con los profesores vía WatsApp, a través de una trayectoria de acompañamiento”.

No obstante, resaltó que “la presencialidad, vernos a la cara y conocernos es importante. Ojalá mejore la situación sanitaria y se abra pronto la frontera para que todo se normalice, toda vez que la historia de El León y El Manso es la misma. Es una línea divisoria demasiado fina y la mayoría de sus habitantes son parientes”, remarcó.

Esperanza

Por estos días, la esperanza de los 50 pobladores del sector El León tomó fuerzas nuevamente ante los anuncios de reapertura de los pasos, pero en la práctica “todo sigue igual”, reflejan. Acostumbrados a comprar sus víveres en los comercios de El Bolsón, ahora dependen del helicóptero chileno que periódicamente lleva el recambio de los carabineros y se aprovecha además para encargar algún medicamento o los insumos básicos. 

El paraje está prácticamente aislado, ya que tampoco hay caminos que lo vinculen con ciudades trasandinas y la única pasarela que había sobre el río Manso cayó durante el invierno de 2012 y nunca fue reconstruida. De igual modo, la ruta binacional por el lago Tagua Tagua todavía está lejos de culminarse.

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