Donato John, el hijo mayor del productor de Las Golondrinas muerto a manos del GEOP el 27 de mayo de 2021, se mostró escéptico sobre la apertura de investigación ordenada por la justicia chubutense a un año y cuatro meses del hecho, señalando que “la balanza ya está para el lado de ellos. Los mismos que nos tienen que defender ya que aportamos para que cobren sus sueldos, pero hicieron todo apresurado y mal”.
A su criterio, “no esperamos justicia porque ya lo mataron. Tendrían que haber estado antes para preservar la vida de mi padre, pero un juez les dio el poder para ejecutar a una persona. Para que ese sargento haya estado allí, tenía una orden para entrar rompiendo las puertas y anulando a la víctima con gases lacrimógenos, granadas de estruendo y destellos. Encima, lo asesinaron con una 9 mm equipada con mira telescópica y un puntero láser a poca distancia”, graficó.
“Después –agregó-, la propia policía montó toda una escena para justificar que habían sido agredidos, porque fueron ellos mismos quienes investigaron sin avisar a la Gendarmería Nacional (a cinco minutos de distancia) o a otra fuerza de seguridad. El mismo fiscal que viajó desde Esquel no se presentó ante la familia y tampoco tomó las riendas de la cagada que habían hecho”.
“Hicieron todo mal –reiteró-, antes de que llegue la orden de allanamiento ya estaban dentro del patio. Hablaron con mi hermano y les pedimos que no entraran. En teoría, era un procedimiento para secuestrar armas. En la misma orden, decía que Tino estaba bajo un brote psicótico, situación que también les advertimos nosotros. Tuvieron múltiples herramientas para no llegar a un desenlace fatal. Tampoco mandaron una ambulancia y un psiquiatra antes, porque sabían a qué se enfrentaban”.
“Tino no los recibió a los tiros, llegaron en una camioneta, no se identificaron, así lo dice el mismo mediador del GEOP. En todo momento pensaron en salir limpitos: vi a mi viejo muerto en el piso de arriba, pero la fiscal Ruth Monge en ningún momento subió. También hicieron otras cosas para modificar la escena del crimen. Por ejemplo, la vaina del proyectil que lo mató estaba en otra habitación, nunca pudo haber atravesado la pared. El cuerpo lo pusieron en un lado y después lo cambiaron de lugar”, detalló.
Según Donato John, “utilizaron balas de puntas huecas y blandas, que donde pegan destruyen. Se usan cuando hay toma de rehenes, pero en este caso fue al revés porque fue la policía quien retuvo a Claudia” (la compañera de Tino).
Por otra parte, “un perito enviado por la misma provincia del Chubut dice a un ayudante que ‘no podemos negar que la sangre viene del pasillo y no de abajo, como presentan en el informe’. No sabía que yo estaba parado detrás. Todos metieron la pata y no se quieren hacer cargo”, castigó.
Pruebas
En respuesta al supuesto alcoholismo que padecía Tino John, su hijo contrapuso que “el análisis de sangre que le hicieron arrojó resultado cero. Encima, las extracciones que le hicieron para peritar luego en un laboratorio, llegaron en mal estado”.
Desde su óptica, “había argumentos de sobra para comenzar la investigación hace mucho tiempo, pero todo fue un desastre, ya no hay forma de hacer justicia”.
De igual modo, agradeció a “toda la gente que nos acompañó en todo este proceso. Los vecinos nos preguntan y quieren saber, pero estamos debajo de algunos que tienen un cargo y se toman este trabajo con poca seriedad. Dependemos de ellos, nada podemos hacer en la búsqueda de justicia. Ninguno cumplió con su labor, ni siquiera el mediador. Según dijo Massoni, en cuatro oportunidades habían intentado hablar con Tino y se negó. Pero luego este mismo funcionario dijo que nunca había ocurrido”.
Acerca del testimonio de las cámaras presuntamente utilizadas para grabar el procedimiento, Donato John dijo que “de tres, alguna tendría que haber estado funcionando, pero no filmaron nada. Directamente, lo entraron a matar. El juicio que se pueda hacer ahora no sirve, a mi papá ya lo mataron”, concluyó.
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