A G E N D A P U B L I C A División de Poderes

Allá por el año 1987/8 en pleno estado de derecho, comenzaron a surgir ideas desde los distintos partidos políticos é instituciones de cómo agregarle contenido a este bien recuperado que es la democracia.

Entre esos contenidos surgió también en nuestra localidad la necesidad de implementar la división de poderes, ya que con anterioridad el gobierno municipal democrático, siempre fue ejercido por el sistema colegiado.

El sistema colegiado como todos sabemos se trata de elegir concejales, los que luego entre ellos designan al presidente del cuerpo quien, con el debido consenso y en representación de los demás ejerce las funciones ejecutivas. Las mismas que hoy en día tiene el intendente municipal.

Luego y con la intención de darnos nuestras propias reglas de convivencia, nació la Carta Orgánica Municipal, por la que desde entonces se rigen los actos del gobierno en El Bolsón.

Seguramente no debe haber estado nunca en el imaginario de los Convencionales que la crearon, ni luego de los que la reformaron, agregar un problema más a la acción de gobernar; seguramente todo lo contrario, la idea habrá sido darles más y mejores herramientas a los ciudadanos que obtengan la representación y con ello hacer más ágil, auténtica, eficiente y operativa la tarea.

Pero la realidad es que en la práctica ello casi nunca ocurrió. Hay infinidad de experiencias que corroboran lo que digo y siempre estamos en duda si los frecuentes enfrentamientos que se vienen produciendo gobierno tras gobierno entre el Ejecutivo y el Legislativo, es imputable a la personalidad de los actores o al sistema mismo.

Sea lo que sea, creo que es el momento de terminar con las pulseadas y que las Instituciones, los partidos políticos y los vecinos que puedan, aporten propuestas para cambiar la estéril y desgastante situación a la que están sometidos nuestros vecinos gobernantes en esta especie de competencia por el poder, con los consiguientes perjuicios para TODOS.

Cada vez son menos las personas dispuestas a someterse a semejante situación porque con los permanentes enfrentamientos que se producen termina desvirtuando su función específica, que es obviamente la de gobernar ,convirtiéndola en un continuo tira y afloje inconducente y hasta irritante.

El poder concedente que otorga la ciudadanía, no es para que quienes lo ostentan, lo utilicen en una disputa constante por intentar mostrar quien tiene la razón y por atribuirse competencia en tal o cual tema, lo que termina distorsionando el cumplimiento correcto y eficiente que le adjudica el cargo.

Me ha parecido necesario exponer públicamente éste, mi pensamiento sobre el particular, que de considerarse interesante y necesario, podrá dar luz verde a una nueva modificación de la Carta Orgánica Municipal.



René Peñas.-












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