“Moco de la roca” ya está a la vuelta de la esquina


Se trata del alga invasora Didymosphenia Geminata, cuya presencia ya fue detectada en los cursos de agua chubutenses (por el sur), y en Collón Cura y las cuencas del río Limay (por el norte). Genera alteraciones fisicoquímicas y biológicas, provocando “fuertes declinaciones de la fauna y de la flora de lagos y ríos, en particular de las poblaciones de invertebrados, lo que implica un riesgo para la vida de los peces”. 


El intendente del Parque Nacional Los Alerces, Arturo Costa Álvarez, alertó el viernes que “los muestreos han arrojado puntos de infección (con el alga Didymo o “Moco de la roca”), en el cauce del río Rivadavia (Cholila) y esto nos lleva a hacer un replanteo en el sistema de protección. Hasta el momento veníamos trabajando con barreras de desinfección en las tres portadas que tiene el Parque, por lo que hay que replantear la estrategia para la temporada que viene”.
Con todo, llama la atención a los especialistas que en punto en que fue descubierta hace casi dos años el alga invasora (salida del lago Espolón, Futaleufú), las autoridades chilenas no tengan ningún tipo de control para evitar su expansión. Todo está limitado a un cartel y a un tacho con agua y lavandina para desinfección de quien “quiera hacerlo por su propia voluntad”, como pudo comprobar este medio.
En cambio, carabineros y guardapescas entregan folletería en las rutas de la zona. También han desaparecido las tareas de esterilización que durante algunos meses se aplicaron en los puestos fronterizos de Río Encuentro (Palena) y Río Grande (Trevelin).
Ante su proliferación y amenaza, la semana pasada se confirmó que “en toda la zona de aguas continentales del Chubut se han realizado relevamientos a efectos de determinar la presencia del alga y elaborar las posibles medidas de control para evitar su dispersión”.

Ríos infectados

Las tareas de prevención “incluyen un plan estratégico en conjunto con Chile, ya que gran parte de las cuencas chubutenses son binacionales”.
“Chile tiene 42 ríos infectados”, graficó el biólogo Gabriel Bauer, representante de la Dirección de Pesca Continental del Chubut, quien aclaró que “si bien el número parece grande, a nivel de cuencas no es tan grande, son pocas cuencas. Chile tiene un desarrollo de ríos mucho más importante que el nuestro y son todos muy cercanos a los principales focos de infección. Nosotros trabajamos con Chile para compartir datos, compartir experiencias de los planes de manejo, y de eso resulta una nueva estrategia que puede resultar un poco más abarcativa”. 

¿Sin pesca?

En una reunión interinstitucional –desarrollada el viernes en Trevelin-, se abordó la problemática del alga invasora para realizar una evaluación del trabajo realizado durante la temporada de pesca pasada y sumar nuevas herramientas al plan de trabajo conjunto en el control de la plaga subacuática.
“Los puntos de convergencia estuvieron dados en la necesidad imperiosa de aunar los esfuerzos de los organismos intervinientes para evitar la propagación del alga conocida vulgarmente como ‘moco de roca’”, explicó Marta Machado, directora de Programas Ambientales del Ministerio de Ambiente del Chubut.
Consideró en tal sentido que “una de las posibilidades es la restricción de la actividad pesquera en aguas continentales no infectadas por el alga Didymo para preservar esos ambientes acuáticos”.
Asimismo, la funcionaria hizo referencia a la importancia de campañas de sensibilización pública dirigidas a pescadores, propietarios de embarcaciones, guías profesionales y otros recreacionistas como método de concientización: “Si bien el actor principal va a ser la Didymo, a partir de ella se pueden generar otras especies devastadoras, y si no trabajamos en base a eso vamos a tener otros problemas que vienen aparejados con dicha alga”, subrayó.

Del norte

El alga Didymosphenia Geminata es un organismo unicelular invasor originario del hemisferio norte, de ríos y lagos fríos de Europa, Asia y América del Norte.
Por su capacidad invasora, rápidamente se está expandiendo a escala mundial y en los últimos años se ha registrado su aparición en Nueva Zelanda, Asia y América del Sur. Se instala en los ríos y arroyos de aguas transparentes, frías, oxigenadas y flujo tranquilo, donde es capaz de producir densas floraciones algales que cubren hasta el 100% del fondo.