El nacionalsocialismo fue una realidad histórica; pero alrededor de esta realidad los mitos, que en ninguna acepción de la palabra significan mentira, proliferaron a gran velocidad. Con elementos propios de cualquier film de terror, detalles dantescos y el secreto como aureola característica se asentó fuertemente en el ideario de los pueblos.
Finalizada la segunda guerra mundial una gran cantidad de submarinos pertenecientes a la flota del Tercer Reich quedaron varados por el mundo. Las páginas de los libros de historia cuentan que, bajo órdenes contradictorias algunos se autohundieron y otros se entregaron a las fuerzas aliadas.

Y en medio de estos sucesos surgieron los mitos. Mitos que lo traen a Hitler a estas tierras del sur, a varios submarinos nazis y sus tripulaciones, al “oro nazi”. Como por algún efecto retardado y extraño, como si fueran ecos adustos del terror o resonancias de estallidos traídos a América por el viento, las costas patagónicas se llenaron de rumores sobre submarinos desembarcando en la niebla, sobre retazos de estos aparatejos vislumbrados en períodos de bajamar y sobre forasteros con un marcado acento alemán.

Estos rumores parecieron concentrarse en un lugar específico. Un lugar desolado con playas solitarias que parece estar en medio de la nada. En la provincia de Rió Negro, más minuciosamente en el Golfo San Matías, a 140 km de Viedma y a 100 km de Las Grutas ese lugar recibe el nombre de Caleta de los Loros.
En el transcurso de tiempo que medió entre la primera rendición, la del U-530, y la segunda, la del U-977, múltiples versiones aseveraron haber visto submarinos desconocidos en la zona. Algunas de ellas son extraídas de documentos de la Armada Argentina. Dos de esos documentos, fechados el mismo día, dicen:
“De la Escuadra de Mar. 18 de julio de 1945. 19.15. C.4063. GR20. Retransmito señal Mendoza diciendo EGA periscopio San Antonio Este. He dispuesto reforzar exploración allí”.
“De Escumar a Buques de Escumar.

En cuanto a las versiones no oficiales, una de las primeras parece ser la delpiloto Mario Chironi: "En 1957, en ocasión de un sobrevuelo por la zona de Caleta de los Loros, alcancé a avistar algo ahí, hundido, que apenas emergía sobre el agua. Me pareció un barco. Después se empezó a hablar del submarino alemán. (...)Recuerdo que la marea estaba baja y vi un barco semihundido, que apenas asomaba la proa, en la desembocadura del canal”.
El perito naval en salvamento y buceo Carlos Massey, un especialista en reflotamiento que trabajó en la Prefectura, parece confirmar lo que Chironi dice haber visto: “ Un día, a fines de agosto, fui convocado a una reunión en la base naval (...) y cuando llegué me encontré con que tenía que evaluar, con otros peritos, la posibilidad de rescate de dos submarinos alemanes hundidos al final de la guerra. La Armada tenía precisiones sobre su localización, porque un avión Neptuno los había sobrevolado unos siete años antes. Estaban a unos quince metros de profundidad, y a unos ochocientos metros de la costa, casi paralelos entre sí y apenas más separados en las popas. En las fotografías que nos mostraron podían distinguirse las siluetas de las naves y hasta las torretas, que se veían más oscuras".
Unos años después un poblador de la zona llamado Vidal Pereyra relata: "En marzo de 1980 vinieron unos amigos y me dijeron: Hay viento norte, vamos a ver el submarino. Cuando llegamos a la playa se veía perfectamente la proa;

Y sí, hay fotografías. O por lo menos una según el fotógrafo aficionado Eduardo Frías: “Era un día de bajamar extraordinaria y alquilé una avioneta para ver si los encontraba. Quien me había hablado de los submarinos y me había dicho dónde estaban era Carlos Taborda, presidente del Consejo Provincial de Educación. Estábamos sobrevolando la zona y de pronto los vimos. Los fotografié, seguimos un poco hacia San Antonio, dimos la vuelta, y cuando regresamos el mar ya había crecido, la luz había cambiado y no los vimos más".
Sean uno o dos los submarinos que yacen en el fondo del mar -o según los más escépticos ninguno- la cuestión es que no dejan de suscitar interrogantes y búsquedas.

Los resultados de las pesquisas fueron nulos. Y Brochado afirmó, luego, en varias entrevistas para diversos medios que allí no hay nada.
Sin embargo, los rumores continúan y hasta dieron lugar a la realización de un documental. La productora Cuatro Cabezas se embarcó en el buque “Ice Lady Patagónico” en el 2003 para grabar la búsqueda de los tan nombrados submarinos.
Creer o no creer, más allá de pruebas y rumores- o la carencia total de ambos-, siempre está en uno mismo...
*Aclaración: Las declaraciones referidas han sido extraídas de una nota deldiario La Nación.
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