La compleja realidad social de la ciudad, continúa golpeando tras el estallido de los saqueos. Para el día 31 de diciembre, se prevé una nueva movilización social en el Centro Cívico de la ciudad. Una olla popular será la forma de reclamo de integrantes de la cooperativa Eluney, que tiene bajo su órbita tres despensas comunitarias, de la Cooperativa Jóvenes Carpinteros, además de beneficiarios de planes sociales, subsidios y pensiones adeudados por el Municipio.
Ante ese pasivo, y la incumplida promesa de entrega de tickets de alimentos y bolsas navideñas, se renovará el reclamo, en vísperas del Año Nuevo.
“Si no saqueás o cortás rutas, nadie te escucha”, evaluó la titular de la Cooperativa Eluney, Mónica Murua. No obstante, aclaró que la protesta que realizarán en el Centro Cívico, “no generará disturbios”. Incluso planean limpiar el lugar tras el reclamo, porque “amamos Bariloche”, afirmaron.
En cuanto a la respuesta oficial del Municipio, frente al reclamo que se extiende hace varios meses, Murua señaló que el actual subsecretario de Promoción Social, Rodrigo Arroyo, les contestó: “Los problemas se nos fueron de las manos”.
La dirigente social explicó que se negó a “bajar” con su gente, durante el reclamo generalizado al Ejecutivo local, por parte de distintas cooperativas de trabajo, tras los saqueos. “Estoy haciendo más que un trabajo comunitario, estoy haciendo de psicóloga”, evaluó Murua, y agregó sobre la protesta del próximo 31 de diciembre: “Queremos que la gente vea la realidad social de Bariloche, que sepan cómo son las cosas. Que la gente tiene hambre en el Alto”, señaló.
Por su parte, Juan Morales, otro de los integrantes de la Cooperativa Eluney, relató: “La gente está presionando para bajar. Nosotros apuntamos a no hacer desorden, pero sentimos que el Centro Cívico es nuestro y tenemos derecho a reclamar”.
En una misma línea, sostuvo: “Esto no se arregla con promesas, se arregla con acciones del Estado”.
La deuda que la comuna mantiene con las despensas comunitarias, asciende a los 93 mil pesos. Se trata de planes sociales, de los que dependen 400 familias. Los subsidios son de 50 pesos mensuales para cada grupo familiar. Las despensas comunitarias realizan un trabajo cooperativo y ad honorem, y no cuentan con apoyo municipal desde hace más de 6 meses. La iniciativa de las despensas comunitarias, permite la reventa de alimentos a mitad de costo a familias pobres, y personas enfermas, o con discapacidad.
Días antes de los saqueos suscitados en la ciudad, el municipio les entregó 3 mil pesos. (ANB)
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