A la comunidad de la Comarca Andina y a la opinión pública en general:
Me veo en la necesidad de dirigirme a ustedes para expresar mi más profunda preocupación frente a los hechos de persecución personal y profesional que vengo sufriendo desde hace ya más de siete meses, tras el resonante allanamiento ejecutado en mi domicilio, cuya espectacularización mediática y operativización judicial dejó en evidencia el montaje orquestado por sectores del poder político y económico local.
Hasta el día de la fecha, no he sido formalmente imputado ni acusado de delito alguno. Sin embargo, el daño ha sido ya ejecutado: desde distintos municipios de la Comarca Andina —entre ellos El Bolsón, Lago Puelo y otros— se ha iniciado una campaña sistemática de deslegitimación de mi persona, llegando incluso a prohibir que pacientes con más de una década de vínculo terapéutico continúen sus tratamientos conmigo, alegando falsamente que “mis certificados no tienen validez” o que soy “trucho”.
Quiero dejar en claro que soy licenciado en Psicología, matriculado, y he ejercido mi profesión con dedicación, compromiso y respeto por el dolor humano, incluso en contextos donde otros prefieren callar o mirar hacia otro lado. A lo largo de mi trayectoria, jamás he sido funcional a los intereses del poder de turno, ni he respondido a las lógicas de los grupos empresariales y políticos que desde hace décadas condicionan la vida institucional y económica de nuestra región.
La persecución actual no es aislada ni casual. Es el resultado de una decisión deliberada de sectores que no toleran las voces críticas ni los profesionales que asumen posiciones éticas frente a la vulneración de derechos. Se me ha difamado, se me ha estigmatizado públicamente, y se ha intentado socavar mi integridad personal y profesional. Sin pruebas. Sin imputación. Sin proceso. Solo con operaciones políticas y mediáticas.
Aun así, sigo de pie. Y no por soberbia, sino por convicción: porque tengo la conciencia tranquila y la ficha limpia, a diferencia de algunos de quienes hoy intentan silenciarme o desacreditarme.
Lamento profundamente que mis pacientes —muchos de ellos trabajadores, empleados públicos, víctimas de violencia institucional y de género— sean revictimizados por decisiones políticas arbitrarias, alejadas de toda evaluación clínica o jurídica. Prohibirles continuar con su proceso terapéutico constituye no solo un acto de violencia institucional, sino también una grave vulneración a su derecho a la salud mental.
A quienes confiaron y confían en mí, les agradezco profundamente el apoyo silencioso y constante que me hacen llegar. Y a quienes aún dudan, solo les pido que esperen, que pregunten, que no se dejen llevar por titulares diseñados para destruir a quien no se arrodilla frente al poder.
Sigo creyendo en la verdad, en la justicia, y en la fuerza ética de la profesión que elegí ejercer. Y espero que, antes de que este año concluya —y mucho antes de que se renueven cargos en elecciones—, la verdad que nadie me ha pedido, y que aún nadie ha querido escuchar, pueda finalmente salir a la luz.
Lic. Gustavo Martín Husak
Psicólogo – Lago Puelo – Provincia del Chubut
1 Comentarios
Gracias Gustavo. Soy tu paciente y se que sos un profesional excelente.
ResponderEliminarEstoy y estaré siempre de tu lado. La verdad te acompañará. Un abrazo
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