Se trata de un grupo de vecinos de la calle Pueyrredón quienes aducen por anticipado la molestia por los ruidos que ocacionaria la fiesta nacional del Lúpulo que se emplasaria en el predio del aeródromo local con ingreso por la calle mencionada como programó entre el 25 y el 28 de enero.
Los argumentos esgrimidos por los vecinos apuntan “a los problemas graves de salud de al menos cuatro personas”, además de la existencia en el sector de la única funeraria. “Ni siquiera se va a poder velar a un muerto en silencio, como se acostumbra”, graficó la vocera Mary Esperanza.
La mujer, quien es una conocida docente jubilada, detalló su propio caso: “Mi esposo, Erasmo Braesse, se encuentra en estado gravísmo. Estuvo internado cuatro días en el hospital privado de Bariloche, donde tuvo un segundo infarto cerebral y ahora sigue con cuidados intensivos dentro de mi casa, con una prestación permanente de enfermeros de la obra social, atentos a si hace un paro cardiorespiratorio, se desangra o se queda sin aire”.
es de destacar que el año pasado se desarrolló en pleno centro de la ciudad y también despertó quejas, por lo que se decidió la mudanza a la esquina de esa arteria con avenida San Martín, dentro del lote del aeródromo local. Ayer seguían ejecutándose allí los trabajos de infraestructura para el escenario, los puestos gastronómicos y la iluminación, a cargo de varias cuadrillas de la propia comuna.
Mas adelante la vecina agregó que “también están muy graves mi vecina Albertina Salinas y la señora del doctor Santucho; y en la otra cuadra está René Peñas, recién operado del corazón”.
Recordó al respecto, que “cuando vimos que empezaron a levantar este predio al frente de mi domicilio (hace unos 20 días), nos juntamos e hicimos una presentación con tiempo, para ver si detenían el proyecto. Antes de tomar esta decisión, el intendente tendría que haber pasado por nuestra cuadra y consultarnos para ver si estabamos de acuerdo”.
Enseguida pidió al jefe comunal “que tenga en cuenta que tenemos 50 años de vida en El Bolsón y siempre hemos colaborado con la Fiesta del Lúpulo: como maestra rural participé en varios desfiles de carrozas -habiendo ganado el primer premio dos veces-; mis hijas y mis nietas fueron candidatas a reina y mi marido tuvo puestos en la plaza Pagano de información de pesca deportiva. En ningún momento estuvimos en contra mientras estábamos bien de salud, pero hoy estamos en una situación desesperante”.
Hasta hace un par de años, y durante tres ediciones, la fiesta se hizo en la base pavimentada del aeródromo local (a unos 500 metros del actual emplazamiento), donde el impacto sonoro fue menor debido a que hay pocas viviendas en los alrededores.
En esta oportunidad, “no es posible tener el escenario frente a la puerta de mi casa con la potencia de musica que va a haber. Mi esposo está muy grave, pero al intendente y a su séquito les importa tres cominos lo que le pueda pasar a otra persona”, opinó Mary Esperanza.
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