Un nuevo intento de desalojo vivió la familia Sureda de Lago
Puelo cuando una veintena de efectivos policiales llegaron al lugar done viven
en el sector de Las Canitas en esa localidad, tras momentos de tensión vividos
donde unidos la familia resistió una nueva envestida judicial. Tras horas de zozobra e incertidumbre la medida fue suspendida con
una promesa de solución.
La historia en primera persona
Siendo el día jueves 21 de noviembre a las 12 del mediodía
me encontraba con mi familia en mi hogar compuesta con mi esposa y 3 niños
menores de edad.
Cuando irrumpieron en el predio donde estoy viviendo
rodeándome la casa aproximadamente 20 personas entre policías, jueces, y
abogados de la otra parte, de la persona con la que estoy en juicio desde hace
7 años que más abajo aclararé.
Todo este operativo ordenándome que dejáramos la casa de
inmediato mi familia y yo, de lo contrario el juez a cargo ordenaría la entrada
de la Fuerza Policial a mi vivienda.
No solo no respetando mis derechos como ciudadano sino ni
siquiera los derechos de los niños que estaban en un ataque de nervios y llanto
muy asustados.
Todo esto comenzó a partir de un sueño que traje a Lago Puelo,
de tener este predio en el cual invertí
una cantidad muy importante de dinero para usufructo de un emprendimiento turístico.
Todo iba muy bien, cuando el dueño, mi socio, le pasó la
titularidad a una persona de buenas a primeras, quien, ni bien entrar en el
tema desconoce todo trato hecho conmigo , de ahí en más fue que comencé este
juicio hace ya 7 años.
Volviendo al día de toda esta locura en mi casa, y debido a
la orden antedicha de “invadir” la casa
literalmente por parte del juez actuante
NO ACATE A NADA … en mi desesperación, resistiendo con toda
mi familia dentro de la misma y decidido en mi gran impotencia a quemar todo
con un tanque de nafta en una mano y encendedor en otra.
¿Puede imaginar mi desesperación sin límites?
Después de dos horas de espera y extrema tensión con mi
familia adentro y el juez con todo el operativo afuera, suspendieron la medida.
Si bien eso nos dio un poco de AIRE en ese momento , no me deja para nada
tranquilo dado que es la segunda vez que
intentaron sacarme de la vivienda y de dicho predio .
Todo lo sucedido no solo me preocupa por el techo de mis
hijos menores de edad y por ende el daño psicológico de toda la familia , aunque
más para los niños que les quedará gravado esto en forma muy negativa de por
vida , sino además que no tenemos otra opción de vivienda alguna.
Hemos hecho esta casa con nuestro esfuerzo y nuestras manos
y además que todo nuestro capital había sido puesto en nuestro gran sueño
cuando invertimos en este lugar para la explotación turística del mismo y
además algo que nos hacía muy felices siempre era la oportunidad, que de esta
manera, le daríamos fuente de trabajo a mucha gente de la comunidad de esta
gran Comarca.
Para completar el cuadro, tanto mi esposa como yo contamos
con trabajo inestable aunque trabajamos más de 12 horas por día para
llevar adelante nuestro hogar y hoy como
cual espada de Damocles cuelga sobre nosotros
esta incertidumbre de no saber en qué momento volverán a querer dejarnos
en la calle.
Rubén Darío Sureda Dni
17.339 621
Hasta aquí la historia en primera persona contada por un
padre preocupado por el futuro de su familia, extraoficialmente se supo que podría
haber una respuesta desde el área de desarrollo social para proporcionar una
salida a esta familia que lucha para no vivir en la calle, veremos si como nos
enseñan en los libros, habrá un final feliz en noche buena para esta familia.
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