Los robos en la localidad de El Bolsón son una de las materias pendiente más importante del estado. Ya no existe nada que no haya sido robado, y una muestra de ello es que la imaginación está al servicio de la delincuencia.
En la noche
del viernes en la localidad sucedió algo insólito para cualquier sociedad
actual, aunque no para este pueblo que ya no se asombra por los hechos
delictivos.
Delincuentes
ignorados robaron la luneta de una camioneta Ford F 100 que se encontraba
estacionada en el patio de una casa céntrica. El hecho ocurrió en la madrugada
y no fue advertido por nadie, hasta que los dueños del inmueble se levantaron
por la mañana y lograron ver la camioneta sin el vidrio trasero.
Lo llamativo
del robo es el cuidado con el cual trabajaron los delincuentes, dado que no sólo
no rompieron el vidrio, sino que además lograron sacar el burlete que lo
contiene sin rayar la pintura ni hacer ruido.
Del rodado
no se llevaron nada, lo cual hizo entender a los dueños de la camioneta que se
trataba de alguna personas que contaba con un vehículo similar y que necesitaba
específicamente dicha luneta.
Sin embargo
ese no ha sido el único hecho delictivo de los últimos días. Dado que un
empleado municipal sufrió además el robo de todos sus bienes, recién adquiridos,
para la casa que se estaba construyendo.
Cocina a
gas, termotanque y hasta el piso de cerámicos le fue sustraído de su obra, a
pesar de que ésta se encontraba cerrada y bien protegida.
Los robos se
repiten, y en el Barrio Valle Nuevo una vecina que salió sólo por media hora
encontró un desastre en su casa al regresar. Le sustrajeron diversos artículos
tecnológicos y hasta una computadora sin estrenar que había sido comprada por
el Día de la Madre hace unas pocas semanas.
Los hechos
delictivos se registran en toda la localidad y no hay barrio que sea la
excepción. Los trabajos policiales parecen no dar a basto, y aún cuando las
causas prosperan mueren luego en fiscalía.
Según un
abogado de la localidad de los cientos y cientos de robos que año a año ocurren
en El Bolsón,-- aun cuando muchos se resuelvan--, sólo un 1 o 2 por ciento de
ellos llegan a una instancia
judicial en la cual se condena a los autores de los hechos.
A ello se le
suma, que los jueces suelen tener criterios de seguridad diferentes a los de
los ciudadanos, sobre todo porque las condenas se realizan a ciento veinte
kilómetros sin siquiera conocer la realidad social de la zona.
Muchos de
los condenados tienen beneficios que cualquier ciudadano no lograría en
situaciones similares. Libertades condicionales, prisiones domiciliarias y
otros beneficios que dejan a los delincuentes con la libertad de operar sin
restricción alguna.
A ello se le
suma una política local pobre o inexistente en materia de seguridad, con lo
cual los vecinos siguen siempre enfrentados a la misma pregunta.. ¿qué más se
van a robar?
Fuente LCN
NDB
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