Aplausos, llantos y expresiones de apoyo por parte de unas 50 personas marcaron la salida de la camioneta de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que trasladó al dirigente gremial Ovidio Zúñiga, desde el Juzgado Federal de Bariloche hacia el penal de Esquel, ayer a las 9.20.En Neuquén la escena fue similar, aunque sin el mismo desenlace. La sede de la Uocra vivió una tensa jornada, con dirigentes y afiliados movilizados bajo vigilancia policial, pero el secretario general del sindicato en la provincia, Víctor Carcar, no se entregó y anoche era el único de los cuatro condenados por el caso Arbos que no estaba detenido. Por eso la Justicia libró al cierre de esta edición la orden de captura internacional.
Mientras tanto, los abogados defensores iniciaron su carrera contrarreloj para lograr que la estadía en prisión de sus clientes sea por el menor tiempo posible.
En ese contexto, los representantes de Walter Cortés –detenido el fin de semana junto al exintendente Omar Goye– pidieron el beneficio de la prisión domiciliaria, a raíz de supuestos problemas de salud.
Los cuatro dirigentes fueron condenados en 2014 a cuatro años de prisión, por la administración fraudulenta de dos millones de pesos/dólares que Nación envió para el quebrado policlínico barilochense.
Ojos llorosos
Familiares, amigos y empleados gastronómicos se reunieron a primera hora de la mañana, en las puertas del Juzgado Federal de Bariloche, ubicado en la calle San Martín, para acompañar a Zúñiga. No se despidieron porque pensaron que habría tiempo de hacerlo. Pero una hora y media después de su presentación ante el juez subrogante Gustavo Villanueva, una fuerte custodia de gendarmes rodeó la camioneta que raudamente salió del juzgado. En el asiento trasero, el dirigente gremial simplemente observaba, con los ojos llorosos, las expresiones de afecto.
Al ver el móvil de la PSA, la expareja de Zúñiga y actual secretaria general de la Uthgra Bariloche, Rosa Negrón, comenzó a aplaudir. El resto decidió acompañarla. “¡Fuerza!”, “¡Vamos, pa!”, gritaban; al tiempo que algunos tocaban la camioneta en señal de apoyo al sindicalista y otros se abrazaban llorando sin consuelo.
“Hay muchísimos políticos que hicieron carrera gracias a Ovidio y nadie lo llamó. Estuve en comunicación con él hasta que el abogado le sugirió que no hablara con nadie más e ignorara los medios. Fue bueno para que hoy estuviera entero. Queríamos acompañarlo pero nos dijeron que sólo podía ingresar él como imputado. Nos quedamos afuera pensando que, al menos, nos iban a permitir despedirlo”, remarcó Negrón a la salida del juzgado.
El abogado del sindicato gastronómico local, Héctor Villafañe, aseguró ayer que Zúñiga “no estuvo prófugo” a pesar de que la orden de detención data del jueves pasado. Dio a entender que existió un acuerdo tácito para permitirle pasar el fin de semana largo con su familia.
“El se comprometió a presentarse el martes (por ayer)” dijo el letrado, y por eso la Justicia Federal no habría practicado nuevos allanamientos.
“Mi papá en ningún momento estuvo prófugo. Siempre estuvo en la casa que alquila en la calle Beschtedt desde hace dos años, porque él no tiene propiedades. Sólo esperaba la citación en Roca para notificarse de la causa. Pero esto evidentemente no es una causa común” señaló Alejandra Zúñiga, una de las hijas del sindicalista.
Destino Esquel
Zúñiga fue trasladado hasta el aeropuerto de Bariloche, donde luego de cambiarlo de vehículo, partió ya rumbo a la provincia de Chubut. A media mañana, sus hijos se reunieron con Villafañe para evaluar el régimen de visitas.
“Más allá de este momento de angustia, socialmente, él estuvo preso estos 16 años. El martirio que le hicieron vivir estos años fue peor que estar preso”, dijo Negrón.
Villafañe lo asistió ayer porque el abogado que lo representa en el juicio de Arbos, Ricardo Mendaña, se encontraba en el Alto Valle. Dijo que mantuvieron sólo una audiencia formal de pocos minutos con el juez subrogante Villanueva y que luego partió detenido rumbo a Esquel. “Estaba claro que iba a ser así”, aseguró.
Según Villafañe, Zúñiga no realizó ningún planteo sobre las condiciones y el lugar de detención. Pero admitió que la situación fue dura desde lo anímico. “Ovidio estaba consternado, pero tiene mucha entereza”, afirmo su letrado.
“Vamos a aguantar la resolución de la Corte”
Mientras su abogado pedía la prisión domiciliaria en Roca (foto), Cortés responsabilizó ayer desde la cárcel al intendente y presidente del PJ, Martín Soria, por el desenlace de la causa.
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