En dialogo con NdB los trabajadores postales recorrieron sus anécdotas laborales que van desde los manubrios rectos del a bicicletas a fin de guardar algún artilugio que utilizan para defenderse de los perros bravos que los esperan en sus recorridos, o quizá de cómo es salir a entregar la correspondencia los días que llueve y sobre todo en las calles de nuestra ciudad que muchas veces parecen ríos.
Con todo se encargaron de derribar el mito de que los carteros tiene mucha suerte con las damas a las que le entregan correspondencia, “somos profesionales y solo nos dedicamos a entregar el correo”, explico Leandro Romero, quien contó que abrazo esta profesión que le ha dado todo en su vida desde hace mas de 6 años en Bariloche gracias a la ayuda de un amigo y luego llego a El Bolsón su terruño natal.Mas adelante Joaquín con cierto visto de nostalgia recordó la época en que se estilaba enviar misivas perfumados o con un beso en el sobre, “sería muy lindo que vuelvan a enviarse cartas perfumadas, esto es algo muy lindo que lamentablemente se está perdiendo”, confió el cartero.
30 años de servidor público
Finalmente David Sales cartero desde hace 30 años conto su experiencia desde el inicio en la actividad destacando cuando en una ocasión debió volver a un domicilio con una pala para recuperar una bota que le quedo enterrada en la nieve, “lo cueto y no me creer pero antes nevaba mucho mas y en una ocasión tuve que volver con una pala para recuperar la bota”, y valoro esto de ser ciudad con alma de pueblo, “con mi señora, Susana, con quien está casado hace 25 años, salgo a caminar por la feria y todos me saludan los que no lo hacen y se preguntan si soy político les digo ustedes no son de acá, yo soy uno de los carteros del pueblo y me señora la enfermera”, conto orgulloso.
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