El Área Natural Protegida “Punta Bermeja”, mejor conocida como La Lobería, ubicada a 60 km de la ciudad de Viedma, el próximo 10 de diciembre conmemora el 50° aniversario desde que se firmara el Decreto N° 898/71, que hizo realidad una política pública sostenida en el tiempo, para conservar y preservar una especie en peligro y su ecosistema asociado, dando protección integral a una de las colonias más grandes de lobos marinos y que resultó clave para la recuperación de la especie.
Impulso del “turismo ecológico” en la Patagonia, reconociendo en el momento de su creación el potencial de atracción turística de la colonia como así también el posicionamiento del área en un sitio ideal para el desarrollo continuo de investigaciones científicas, son parte de los beneficios obtenidos y es así que el legislador Marcelo Szczygol propone a sus pares se declare de interés turístico, social, educativo e histórico las actividades organizadas por la Secretaria de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro, y demás instituciones y organizaciones tanto públicas como privadas, con motivo de los festejos por los 50° Aniversario del Área Natural Protegida “Punta Bermeja”.
Esta zona de playas está vedada al acceso de los turistas para proteger a los hombres como a los lobos. Cuenta además con un Centro de Interpretación Faunística donde se pueden conocer detalles sobre la vida de los lobos marinos y otros exponentes de la fauna de la región a través de animales embalsamados, fotos y audiovisuales.
Punta Bermeja ha sido declarada Reserva Turística Provincial, por lo que goza de un régimen de protección integral que incluye un servicio de guardafauna y un programa educativo ambiental.
Pero, además, apenas tres kilómetros antes se puede disfrutar de un balneario de características especiales, ya que el mar ha erosionado las rocas de manera tal que formó una serie de piscinas naturales, que quedan al descubierto durante la marea baja y hacen las delicias de quienes buscan un chapuzón.
En la zona superior del acantilado hay servicios de confitería, proveeduría, sanitarios, estacionamiento e instalaciones para acampar. Para descender a la playa se puede hacer uso de una rampa escalonada o bien utilizar un medio mecánico de elevación.
También los amantes de las cañas pueden despuntar el vicio con una oferta de pesca variada (pejerrey, corvina dorada y negra, pescadilla, congrio) y quienes deseen algo más fuerte pueden hacer quince kilómetros por camino de ripio hasta Bahía Rosas, donde se puede intentar la pesca de tiburón desde la costa.
Reyes del lugar
Con su imponente figura, llegan a medir tres metros de longitud y se alzan hasta un metro y medio sobre el suelo, los lobos marinos son los reyes del lugar. También llamados lobo de un pelo o león marino del sur, en contraste con la torpeza con que se desenvuelven en tierra firme, estos pinnípedos tienen una gran facilidad y gracia para moverse en el medio acuático.
En cuanto a las aves marinas y costeras es común observar desde grandes animales como el petrel gigante, que con sus más de dos metros de envergadura sobrevuela en otoño e invierno las playas buscando comida, hasta las bandadas de pequeños loros barranqueros que permanecen todo el año en la zona.
Entre estos extremos, hacen su aparición la paloma antártica (encargada natural de la limpieza de los apostaderos en la época de las pariciones de los lobos), gaviotas, cormoranes y biguás.
También puede observarse ocasionalmente en La Lobería la aparición de orcas y alguna ballena franca.
Con información de Patagonia
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