Durante su discurso en el acto oficial de la conmemoración del paso a la inmortalidad del general José de San Martín, el intendente de San Carlos de Bariloche, Gustavo Gennuso brindó un emotivo discurso, en la Escuela Militar de Montaña.
“Este 17 de agosto, conmemoramos el paso a la inmoralidad del general San Martín, el Padre de la Patria. Me interesa detenerme en una frase hecha, pero que no lo es: es realmente una verdad que San Martín en el momento de su muerte pasó a la inmortalidad para cada uno de los que vivimos en esta Nación”, comenzó expresando.
“Un San Martín exiliado, lejos de su América a la que dedicó su vida, a la que liberó. En ese momento último, es el que se convierte en el primero para que crezca su recuerdo, sus acciones y enseñanzas”.
“El título de Padre de la Patria también tiene un gran sentido. Es el padre que se preocupa por cuidar a sus hijos, transmitir los valores, por enseñarnos como transitar en la vida. Entre las numerosas enseñanzas que San Martín nos dejó yo elegí dos para transmitirles y que reflexionemos, que me parecen muy apropiadas en este momento. Intentan simplemente ver en su legado, en su accionar, cómo podemos transmitir las cosas al día de hoy”, sostuvo el jefe comunal.
Lo primero que recordó Gennuso, es un hecho muy importante y que sucedió en el departamento de San Carlos, en la provincia de Mendoza, en una ciudad llamada La Consulta, que hoy tiene 9 mil habitantes. En un lugar muy cercano allí se llevó a cabo a una acción que emprendió San Martín antes del Cruce de los Andes, ya que el general hizo una consulta a los pueblos Pehuenches a quienes consideraba parte del territorio y por eso les pidió permiso para cruzar la Cordillera.
En un texto que el mismo escribió, le dice primero a Godoy Cruz cómo armó esa consulta y qué resultó de ella. “Se me había olvidado, prevenir, que al tiempo de comenzar el parlamento general, había ofrecido de beber a los caciques y capitanes. Pero todos ellos se negaron, porque decían que no podían tomar ningún licor, porque sus cabezas no estarían firmes para tratar los asuntos que se iban a discutir. Al fin, el cacique más anciano rompió el silencio y dirigiendo la palabra a los demás indios, les preguntó si eran o no aceptables las proposiciones que los cristianos les acababan de hacer. Esta discusión fue muy interesante. Todos hablaron a su turno, pero sin interrumpirse, y sin que manifestase alguno de ellos la menor impaciencia, exponiendo su opinión con una admirable concisión y tranquilidad”, escribió el general.
Puestos de acuerdo sobre la contestación que debían dar, el cacique más anciano se dirigió al general y le dijo: todos los caciques, a excepción de tres que nosotros sabremos contener, aceptamos tus propuestas. Entonces, cada uno de ellos en fe de su promesa, abrazó al general, a excepción de los tres caciques que no habían convencido. Sin pérdida se puso aviso por uno de los indios, comunicándoles que el parlamento había sido aceptado. “Es un gran gesto de San Martín en esto que fue la consulta y que nos da para pensar”, consideró Gennuso.
“Lo otro que quería contarles, es un bando militar que San Martín hizo hacer al llegar a Perú, y donde están puestos claramente de manifiesto, los valores que tenía San Martín respecto que él era el Libertador y no un conquistador, donde hay una gran diferencia, porque una cosa es liberar a los pueblos y otras es conquistar para someterlos”, prosiguió el intendente.
“En ese bando, que es un bando militar, de comunicación, con ese lenguaje, hay párrafos muy interesantes para conocer los valores que San Martín quería transmitir al liberar a los pueblos. Al arribar al Perú, la primera proclama del general al liberar a sus hombres, es una afirmación política de los fines de la expedición y una advertencia de la moral que debían observar los militares patriotas”, indicó.
La misma decía: “ya hemos llegado al lugar de nuestro destino, y sólo falta que el valor consume la obra de la constancia: Pero acordaos que nuestro gran deber es consolar a la América y que no venís a hacer conquistas, sino a liberar a los pueblos que han gemido durante 300 años, bajo este bárbaro derecho. Los peruanos son nuestros hermanos y amigos, abrazarlos como tales y respetar sus derechos, como respetasteis los de los chilenos, después de la batalla de Chacabuco. La ferocidad de violencia, son crímenes que no conocen los soldados de la libertad, y si contra todas mis esperanzas, alguno de los nuestros olvidase sus deberes, declaro desde ahora, que serán inexorablemente castigados”.
Para Gennuso esta es “una muestra importantísima de lo que quería San Martín para la unión de nuestros pueblos, que hoy está más vigente que nunca, que hoy es un legado que tenemos que seguir: hermanos entre nosotros los argentinos, hermanos con los pueblos de América”.
“Esperemos que en cada conmemoración de José de San Martín que se hace en este día en cada rincón del país, nos recuerde que somos un pueblo, que somos hermanos y que podemos trabajar todos para el bien de nuestra patria”, concluyó el jefe comunal.
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