Raúl Becerra es un hombre de 50 años de edad, reconocido chef que trabajó en los grandes hoteles de la costa atlántica Argentina. Hoy vive en la comarca andina del paralelo 42 y se gana la vida vendiendo pan con chicharrones a la vera de la ruta nacional 40. Noticias te presenta al maestro del pan con chicharrón.
Es el maestro del pan con chicharrones se llama Raúl Becerra y nos cuenta su historia, “desde las 8:15, 8:20 de la mañana ya salgo a la ruta porque es en el horario donde pasan todos los trabajadores, en donde frenan y se van a la obra con sus pancitos con chicharrón y eso a media mañana es la salvación para ellos”, nos cuenta Raúl.
“Tengo 50 años de edad, profesional gastronómico y a los 50 años uno es como que ya para un restaurante está medio baqueteado”, admite el maestro del pan y rápidamente agrega: “los pibes que salen de la escuela de cocina, con veintipico, tienen mucha más velocidad, están a otro tiempo y uno empieza a perder un poco esta posibilidad de trabajo. Empecé a pensar un poco en lo propio, empecé a buscar algo regional, algo que tenga en el hábito del consumo la gente”, relata Raúl mientras controla la ruta para no perder ningún cliente que frena a buscar su pan con chicharrones.
De inmediato explica que casi todos los pueblos de nuestra república consumen pan con chicharrones, “en San Juan le llaman cenitas, en Santiago Del Estero tiene otro nombre, en Mendoza tiene otro, pero todos hablamos del mismo producto que es llevar la grasa al punto de chicharrón”.
Chicharrón y merkén
Como se hace el mejor chicharrón, “el secreto es que la grasa sea crocante, amasarla con un poco de harina y levadura y eso es todo, mi pan tiene la diferencia de tener un agregado especial que es el merkén -es un picante mapuche mezclado con cilantro con algunas especias regionales-, eso le da un sabor muy particular al pan con chicharrón, confío Raúl.
Con -2 grados
Pero además de ser un emprendedor que nunca baja los brazos Raúl es una persona agradecida, “Quiero agradecer a toda la gente que día a día frena, se tira al costado de la ruta y viene a comprar su pancito con chicharrón y a disfrutar de esto. Cada mañana hay gente que pasa y me dice –no sabes lo alegre que me pones a ver que estás acá vendiendo el pan con chicharrón a esta ahora– hay que tener en cuenta también que están cerradas las panaderías, que recién empiezan a abrir los comercio y yo ya estoy en la ruta con pan caliente que uno a veces sale tan a las apuradas de casa de no poder desayunar nada y saber que hay alguien con pan caliente, a dos grados bajo cero sobre la ruta, es una salvación para el resto del día, no tiene precio” asegura el maestro del pan con chicharrón.
Si se puede
Finalmente le consultamos a Raúl si se puede vivir del trabajo generado a la vera de la ruta nacional 40 y enfáticamente nos respondió: “si se puede vivir de esta actividad. Claro que sí, hay que buscar la manera, los recursos y hay que trabajar sobre el producto para que pueda ser rentable. Yo soy un vendedor ambulante, tengo mi carro con el cual me muevo por la ruta y voy buscando el punto donde los clientes me buscan y ya saben quién soy y sí se puede, es rentable porque hay que saber ir a un distribuidor mayorista a buscar un buen precio de harina, tener una buena carnicería amiga que te baje la grasa de calidad. Si se busca y se trabaja sobre el producto se puede vivir, es rentable”, aseguró Raúl Becerra el maestro del pan con chicharrones.
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