Mujeres audaces: las intrépidas precursoras de la profesión periodística en Argentina



En el marco de Día del Periodista en Argentina, recorremos la historia de la profesión y las conocemos a ellas, las primeras mujeres periodistas de la historia. A pesar de que en la actualidad no nos extraña ver a las mujeres ejerciendo su profesión en la televisión, radios, periódicos, revistas y publicaciones digitales, no es una realidad que tenga muchas décadas de vida.  

Tanto en nuestro país como fuera de él, el perfil de periodista en sus inicios solo estaba destinado a los hombres como tantas otras profesiones. 

Es por ello que las mujeres que querían informar o comunicar a través de sus palabras o de sus fotografías cualquier cosa, tuvieron que luchar contra la sociedad que no veía con buenos ojos que ellas pudieran desempeñar dicho papel. 

¿Cómo una mujer podía recorrer medio mundo capturando las imágenes de guerra cuando su 'lugar' era estar en casa con sus hijos y su marido? ¿O cómo una mujer podía firmar algunos de los mejores artículos periodísticos de Madrid? ¿O cómo podían opinar sobre temas que en teoría no tenían ni voz ni voto? Estas eran algunas de las tesituras a las que se enfrentaban a diario las mujeres que convirtieron su pasión por el periodismo en su profesión y que gracias a ellas el mundo tal y como lo conocemos, es un poco más igualitario. 

Te contamos sobre algunas de las mujeres que marcaron una tendencia en la historia del periodismo argentino. Estos son sus nombres y sus aportaciones a la vocacional y hermosa labor. 

Petrona Rosende de Sierra 

Petrona Rosende de Sierra fue una periodista, poeta y docente uruguaya nacionalizada argentina. En la ciudad de Buenos Aires fundó el primer periódico feminista: La Aljaba. Nombrado en alusión al estuche en el que las guerreras guardaban las flechas, se editó dos veces por semana entre noviembre de 1830 y enero de 1831, por lo cual hubo un total de 18 ejemplares. El lema del diario fue: “Nos libraremos de las injusticias de los demás hombres, solamente cuando no existamos entre ellos”. 


Todo el contenido de La Aljaba fue escrito por Petrona, aunque nunca firmó con su nombre. Y se tocaron temas vinculados a las mujeres: el fomento de la educación femenina, su rol en la sociedad y su posición frente a los varones. También contenía artículos vinculados al arte, la amistad, la poesía y la literatura. 

Petrona fue la primera periodista mujer conocida en el Río de La Plata, una figura muy importante para que las mujeres comenzaran a tener lugar en el ambiente de las letras. Francisco Acuña de Figueroa, el escritor del himno uruguayo, la llamó “la Safo Oriental”. 

 
Juana Manso 

Juana Manso nació en 1819 y murió en 1875 en Buenos Aires. Escribió poesía y literatura, impulsó políticas educativas innovadoras, fundó y dirigió escuelas y periódicos. Su vida osciló entre Argentina, Uruguay y Brasil en momentos en los que el país se encontraba en plena organización política. Fue una luchadora por los derechos de las mujeres, defensora de la educación mixta, vivió el exilio y la pobreza. 

Durante su estadía en Brasil entre 1852 y 1854 participó de O Jornal das Senhoras, el primer periódico brasileño destinado a un público femenino. Allí escribe sus primeros artículos en los que reflexiona sobre la esclavitud, el racismo y la necesidad de emancipación de la mujer. Luego de la muerte de su padre, ella retorna a Buenos Aires y en 1854 funda, junto a la periodista Juana Gorriti, Álbum de Señoritas, una experiencia similar a la brasilera.  


“Todos mis esfuerzos serán consagrados á la ilustración de mis compatriotas, y tenderán a un único propósito. Emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enagenado su libertad y hasta su conciencia a autoridades arbitrarias […] Quiero, y he de probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo, o un defecto, un crimen, o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud”, escribió Juana en el encabezado de Álbum de Señoritas. 

Produjo artículos sobre la emancipación de la mujer, contra el racismo y la esclavitud, incluye partituras de su esposo y otros compositores, figurines, poemas y crónicas de viaje. A los 6 meses, cuando regresa a Buenos Aires, el periódico continúa bajo la dirección de su colaboradora Violante Atabalipa Ximenes de Bivar e Vellasco. 

 
Virginia Bolten 

“Ni Dios, ni patrón, ni marido” fue el lema de La Voz de la Mujer, el primer periódico anarco-feminista del país. Fundado por Virginia Bolten y un grupo de operarias de la refinería de azúcar en donde trabajaba. Ellas lo financiaban con el magro sueldo que cobraban porque creían indispensable hablar de la situación de las mujeres trabajadoras a fines del siglo XIX. 

“Si vosotros queréis ser libres, con mucha más razón nosotras; doblemente esclavas de la sociedad y del hombre, ya se acabó aquello de “Anarquía y Libertad” y las mujeres a fregar. ¡Salud!”, escribieron en el periódico para dejar en claro la doble opresión a la que eran sometidas: por su clase y por su género. 

Virginia fue feminista, anarquista y sindicalista. Nació en 1876 en San Luis y murió en 1960 en Montevideo. Vivió y trabajó en Rosario, también en Montevideo. Se dedicó a la lucha por la emancipación y la igualdad de los derechos de la mujer en todos los ámbitos. 

 
Clorinda Matto de Turner 

El 1 de febrero de 1896 se publicó en Buenos Aires la primera edición de Búcaro Americano, periódico dirigido por la escritora y periodista peruana Clorinda Matto de Turner. Exiliada en Argentina desde sus 43 años, Clorinda siempre luchó por disputarle a sus compañeros varones el espacio en las redacciones. 

A sus 24 ya escribía en El recreo del Cuzco, una revista semanal de literatura, ciencia, artes y educación. En 1883, tomó la jefatura de Redacción del diario La Bolsa y definió su agenda: agricultura, educación de la población indígena, situación y educación de la mujer, y migraciones. Seis años más tarde, se consagra como directora de una de las revistas literarias más importantes del país andino:  El Perú Ilustrado. Allí publica Aves sin miedo, la obra que convierte a Clorinda Matto de Turner en la primera novelista peruana que inauguró la literatura de pueblos indígenas. Previo a la fundación de Búcaro Americano, la periodista escribió en los diarios más renombrados de la época en Buenos Aires: La Nación, La Prensa, La Razón y El Tiempo. 
 

Clorinda Matto de Turner formaba parte de un grupo que empezó a cuestionar el rol de la mujer como un “ángel del hogar”. Por tal motivo, la profesionalización de las mujeres ocupó un rol central en la agenda de Búcaro Americano. “¿Y de la que no es ni madre ni esposa, qué pretendéis hacer? ¡Oh! y es tan dolorosa verdad, que el sesenta por ciento de las mujeres que pueblan la tierra se encuentran en esta condición!”, incomodó la periodista en su artículo La mujer y la ciencia, publicado en enero de 1898.
 

Rosa Guerra 

La Camelia fue otro de los primeros diarios que planteó la necesidad de que las mujeres accedan a la educación laica. Inspirada en su compañera Petrona Rosende de Sierra, Rosa Guerra lo gestó en 1862, pero con una novedad: la autoría colectiva. Los 31 artículos que compusieron esta publicación fueron firmados por “Las Redactoras”, bajo el lema “¡Libertad! No licencia; igualdad entre ambos sexos”. De hecho, Guerra admitió que había fundado el periódico al tiempo después. 

No era fácil ser periodista mujer en esa época: sus colegas varones se burlaban de sus publicaciones y subestimaban su pluma. Sin embargo, ella les supo disputar los espacios con altura. También colaboró en diarios como La Nación, La Tribunal y El Nacional. 

En el libro Mujeres de prensa. Las primeras periodistas argentinas, Luisa Borovsky destaca que en La Camelia la individualidad se evitaba adrede, y respondía a razones políticas: En lugar de que una editora asuma la representatividad de las mujeres, es un colectivo el que escribe. “El periódico prescinde de mujeres notables, reconocidas por sus dotes intelectuales, que la sociedad acepta casi como excepción confirmatoria de la regla. Todavía sin animarse a trasponer el entorno doméstico, desde su casa cada redactora se anima a transformarlo”. 






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