“Ya el ánimo es otro”, aseguran los prestadores sobre la temporada turística en la cordillera



Desde comienzos de semana, la llegada de gente a pasar sus vacaciones en la Comarca Andina se nota en la ruta nacional 40, en las líneas de micros de larga distancia y principalmente en las consultas diarias por alojamiento en las oficinas de Turismo de El Bolsón, Lago Puelo y El Hoyo.

La red de refugios de montaña al oeste del río Azul, la feria regional de artesanos, el parapente, el laberinto, los paseos náuticos por el Parque Nacional Lago Puelo y La Trochita desde El Maitén, son los atractivos de mayor demanda. Lógicamente, los patios cerveceros y la “movida” cultural nocturna, con las bandas, las obras de teatro o los amaneceres a la orilla de un lago o un río tienen sus preferencias.

Luego de las dudas generadas por la situación económica del país –agravada tras la asunción de las nuevas autoridades nacionales-, desde el año nuevo se incrementó el flujo de visitantes al corredor cordillerano, principalmente desde la costa chubutense, provincia de Buenos Aires y Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

La subsecretaria de Turismo de El Bolsón, Sofía Seroff, reflejó que “están ingresando muchos turistas. Lo observamos en el centro de la ciudad, estacionan sus autos y se sientan en las cervecerías típicas que tenemos aquí, que ya parece ser parte de la liturgia de quienes conocen el destino”.

Tras confirmar que “el nivel de ocupación para la primera quincena de enero será muy superior al estimado” (60%), subrayó que “notamos un público bien diferenciado: por un lado, grupos de amigos jóvenes que hacen base un par de días en los campings y hostels y luego ingresan a los refugios del Área Natural protegida Río Azul Lago Escondido”.

Por otra parte, “hay un perfil más familiar, que opta por las casas y departamentos de alquiler turístico y cabañas. Ese era el número que teníamos más flojo, pero ahora –en función de las consultas que mantenemos permanentemente con los prestadores-, se está revirtiendo la situación”.

Sumó que “la mayoría de la gente ya conoce el destino, aunque algunos preguntan por determinados atractivos y todos quieren pasar el día cerca de un río o un lago para mitigar el calor”. Como novedad, agregó que “se reiteran las consultas sobre la experiencia de volar en parapente desde el cerro Piltriquitrón, que se puede hacer a través de prestadores habilitados y con el concurso de las agencias de viaje”.

Con todo, “las preguntas son variadas: también quieren conocer el laberinto ‘Patagonia’ y las bodegas de El Hoyo, el Parque Nacional Lago Puelo o llegar hasta El Maitén para hacer el viaje en La Trochita hasta Ñorquinco”.

Poder adquisitivo

A su turno, el secretario de Turismo, Nicolás Ditschensky, evaluó el poder adquisitivo de los visitantes, señalando que “es un público más cuidadoso, que pelea los precios y cuida mucho sus gastos”, al tiempo que recalcó la premisa “de cuidar al turista y brindar un buen servicio, para que vuelva y nos recomiende”.

De igual modo, valoró “el calendario de fiestas populares a desarrollar durante enero y febrero en toda la Comarca Andina”, que incluye la Fiesta Nacional de la Fruta Fina (El Hoyo); Encuentro Provincial de Artesanos (Epuyén); Fiesta Nacional del Asado (Cholila); Fiesta Nacional del Tren a Vapor (El Maitén) y Fiesta Nacional del Bosque (Lago Puelo).

Seroff agregó que “durante todo el verano también habrá muchos eventos culturales y deportivos en El Bolsón, que seguramente serán tentadores para nuestros visitantes; además de los artistas callejeros que en cada jornada se despliegan por la plaza Pagano con su música, teatro y humor”.

Remarcó que “somos un pueblo cosmopolita, con gente que ha venido de muchos lugares del mundo a instalarse hace varios años, y que hoy nos distingue como una sociedad diferente que tenemos que cuidar, además de la naturaleza”.

En coincidencia, sostuvo que “El Bolsón es sinónimo de bienestar, más allá del mundo holístico que ha trascendido nuestras fronteras. Es un complemento muy fuerte, porque nuestros visitantes lo experimentan también haciendo una caminata, tomando una cerveza, respirando el aire puro o disfrutando de un plato gourmet elaborado con verduras orgánicas recién cosechadas”.

A criterio de Ditschensky, “con la llegada de la gente, es otro el ánimo; nuestros prestadores turísticos cambiaron su cara de preocupación por una sonrisa y seguramente será una buena temporada”.


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