La mujer está acusada del cruel asesinato de un anciano en Los Repollos. Llegó anoche a la ciudad y hoy compareció en tribunales. Se presentó este miércoles en la audiencia en la que le dieron prisión preventiva efectiva y entró en una crisis nerviosa cuando intentó explicar que no se fugó, y que prefiere ir a la cárcel que estar en libertad.
Semanas atrás Rosa Marianela Rubilar, imputada por el cruel homicidio de Federico Rodríguez (80) en Los Repollos, fue beneficiada por la prisión preventiva domiciliaria, porque estaba a cargo de sus hijos chiquitos, pero no alcanzó a llegar a su casa, se arrancó el dispositivo electrónico de control, y desapareció de la vista de todos.
Un mes después fue atrapada en un control de ruta en Santa Cruz, debido a que además del pedido de captura de Río Negro tenía una causa en contra en la justicia federal. De los hijos, que sirvieron para fugarse, ni noticia. La mujer llegó anoche a Bariloche y este mediodía compareció en la audiencia ante el juez Ricardo Calcagno, con la acusación de la fiscal Jefe Betiana Cendón, quien fue contundente en el pedido de prisión preventiva pero en el establecimiento carcelario local, sin posibilidad alguna de morigeración de encierro.
La acusación es gravísima, ya que habría buscado asesinar a Rodríguez para quedarse con su campo, en el que vivía y trabajaba hace 40 años, y del que había conseguido recientemente un valioso documento de titularidad. Además, según indicios y testimonios, se habría valido de la asistencia de un joven discapacitado para asesinar al anciano, que "no medía sus fuerzas ni podía discernir sus actos", como explicó Cendón. Situación agravada por el claro intento de fugarse de la justicia.
El juez concedió el pedido de Cendón y Rubilar pidió la palabra al final de la audiencia, inesperadamente para asegurar que no intentó fugarse y que estaría mejor en la cárcel que en una prisión domiciliaria.
En una aparente crisis de nervios y llanto dijo que en libertad temía por su vida y la de sus hijos y que nunca intentó fugarse.
Luego Calcagno dispuso la prisión preventiva por cuatro meses, que se abreviará si obtienen antes las medidas de prueba y testimonios que deben reunir la fiscalía y la querella, y también la defensa particular de Rubilar, como lo acordaron entre todos.
Cendón actuó junto a la fiscal adjunta Daniela Ortiz Celoria, mientras que al abogado Raúl Ochoa fue el querellante por la familia de la víctima. A cargo de la defensa de Rubilar estuvo Natalia Araya. Bariloche 2000
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