Dos jóvenes de 25 y 27 años que practicaban este deporte de riesgo conocido como bungee jumping perdieron la vida cuando, luego de lanzarse juntos desde la pluma de la grúa instalada en el parque de una casaquinta, golpearon accidentalmente sus cabezas. Uno de ellos murió en el acto; el otro, camino a un hospital en una ambulancia.
El drama se desató anteayer, a las 19.30, en la casaquinta situada en Alvarez Thomas al 3100, esquina Rubén Darío, en La Reja, donde una decena de jóvenes se preparaban desde las primeras horas de la mañana para practicar este deporte extremo desde la pluma de una grúa que ellos mismos habían instalado en el parque de la propiedad.
Según fuentes citadas por la agencia de noticias DyN, el lugar pertenece a un matrimonio que tiene un hijo de aproximadamente 35 años, que según los vecinos consultados planeaba concretar un emprendimiento relacionado con el bungee jumping. Varios lugareños señalaron que hacía más de 20 días que veían una grúa desarmada frente a la quinta. "Primero pensamos que era una robada y la habían dejado tirada ahí. Pero la semana pasada vimos que los chicos la empezaban a armar, aunque no sabíamos para qué", explicó a LA NACION Martín Lamborizio, un chofer de camiones de 30 años que vive a dos casas de donde ocurrió el fatal episodio.
La presunción es que el joven dueño de casa invitó a sus amigos para probar la grúa y los otros elementos previstos para la actividad. Las fuentes agregaron que los jóvenes habían tomado medidas de prevención, como la colocación de una estructura inflable al pie de la grúa.
Salto conjunto
Según estimaron fuentes policiales, Marcelo Martínez, de 25 años, y Alexis Sebastián Papayani, de 27, se habrían arrojado en simultáneo desde la grúa y con la misma soga elástica, y durante la caída chocaron sus cabezas. La violencia del impacto fue tal que el desenlace fue instantáneo para una de las víctimas y la sobrevida fue de sólo unos minutos para la otra.
"Ya desde temprano veíamos cómo unos diez pibes se tiraban desde la grúa, pero a la tarde escuchamos gritos diferentes; ya no se estaban divirtiendo, y ahí supimos que algo raro había pasado", señaló Lamborizio a LA NACION.
Efectivos de la comisaría 7a. de Moreno llegaron al lugar a los pocos minutos. Más tarde, los vecinos observaban atónitos el ingreso de la policía científica en el domicilio. "Nunca pasó algo así en el barrio. Acá es tan tranquilo que ni autos pasan. Por eso nos sorprendimos tanto cuando nos dimos cuenta de lo terrible de esta tragedia", agregó el chofer, todavía conmocionado.
La causa quedó a cargo del fiscal de Moreno Mariano Navarro, que ayer aguardaba los resultados de las autopsias para avanzar en el esclarecimiento de los hechos.
Nueva Zelanda, origen de la actividad
El bungee jumping está inspirado en un rito tribal de las islas Vanuatu, del Pacífico Sur, que consistía en el acto en que los indígenas locales se lanzaban al vacío desde plataformas de madera ubicadas a gran altura, atados de los tobillos con lianas. En 1988, el neozelandés A.J. Hackett, que ya era conocido por haberse lanzado desde todo tipo de puentes y estructuras (incluido un salto desde la Torre Eiffel, el año anterior), fundó junto a su amigo Henry van Asch la compañía A.J. Hackett Bungy. Ellos instalaron, en el puente Kawarau, de Queenstown, Nueva Zelanda, la primera plataforma para practicar este deporte extremo.
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