El presidente de la Junta Vecinal, Héctor Pinilla, gestionó ayer ante el Concejo Deliberante por la construcción de veredas sobre la avenida Las Flores, con el objetivo de “proteger la costa del río y generar un paseo”, y mejoras en la Plaza de la Paz.
Además de reclamar una vez más por la finalización de las obras de las redes de gas natural, el referente barrial reclamó “ayuda de la comuna para llevar a cabo las obras necesarias para mejorar el aspecto de la Plaza de la Paz”, ubicada en la zona norte del barrio Usina.
Detalla al respecto que “el lugar necesita un trabajo de máquina para nivelar y la creación de espacios para que niños y grandes puedan disfrutar de tan bello predio a orillas del río”.
Sobre el otro pedido presentado, Pinilla explicó que “solicitan al municipio que colabore con la mano de obra para poder hacer la vereda de la avenida Las Flores, que es la que da al margen oeste del río Quemquemtreu, De esta forma queremos mejorar el sector, ya que hemos logrado sacar a gente que se quería meter”, recordó.
Al respecto, valoró la decisión de los vecinos “para vivir mejor. Pretendemos limpiar la ribera y generar un recorrido para que los lugareños y turistas puedan disfrutar del entorno y no andar pisando basura, como ocurre ahora”.
Cabe destacar que la obra de mejoramiento de márgenes comenzó hace un par de años de la mano del anterior delegado del DPA, Pablo Degele, quien logró mejoras “que hoy se disfrutan, pero con su alejamiento el proyecto cayó en el olvido y la costa se esta abandonando”, opinó otro vecino del barrio Obrero.
Sobre los trabajos programados en el barrio Usina, Héctor Pinilla reiteró el ofrecimiento de los propios residentes para aportar mano de obra, aunque “necesitamos un gesto del municipio para avanzar y conseguir algunas bolsas de cemento y viajes de arena”.
Escalera
Otra de las demandas del sector está referida “a la reparación de la escalera que muchos vecinos usan para moverse hacia la Loma del Medio, que está defectuosa y colapsada desde hace bastante tiempo”, destacó el dirigente barrial.
En función de “la erosión del tiempo y las lluvias, la escalera es prácticamente un tobogán y en cualquier momento bajamos haciendo culipatín”, graficó.
Como si fuera poco, agregó “la poca iluminación” y que “son muchos los chicos que la usan a diario para ir y venir a la escuela. No se sabe quién te espera para robarte, es una boca de lobo”, subrayó.
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