Desde nuestra Fuerza Política, comprometidos con la
participación ciudadana en el quehacer público, con lo público por sobre lo
privado, consideramos que el Proyecto mal llamado de Desarrollo Integral del
Cerro Perito Moreno es una muestra de cómo algunos sectores pretenden imponer
sus intereses por sobre los intereses comunitarios sin atender a otra cuestión
que al posible lucro que pudieren obtener de lo que llaman la explotación de
los recursos naturales, en una cultura egoísta en la cual la Tierra es un
objeto a aprovechar en beneficio propio para un sector que puede enriquecerse
pese a la pobreza de otros.
Por el contrario, hemos aprendido que somos parte de la
tierra, que la teoría darwinista competitiva, en la que sobrevive la especie
más fuerte, quedó en el pasado y hoy se impone una cultura de la colaboración,
de la solidaridad y del respeto entre nosotros, los humanos, y para con la
naturaleza. De allí que entendemos que un Cerro no está para ser explotado sino
para usufructuarlo en la medida de sus posibilidades de carga, dentro de un
contexto de respeto por la montaña, sin agresión a la misma. Así podremos
disfrutar junto a la tierra, de la nieve que la naturaleza nos proporcione.
El bosque y el agua son vitales para la biodiversidad. Por
eso, creemos que el desmonte sin una fundamentación racional, profunda, de
beneficios comprobables, es negativo y
debiéramos abstenernos de hacerlo en especial en pendientes. En caso de
considerarse imprescindible contar con nuevas pistas, las mismas debieran
encontrarse bajo supervisión de un ingeniero en suelos, para evitar deterioros
que puedan resultar en el tiempo de gravedad para el entorno. Como ya se ha dicho, esta política no es
“neutral” sino que tuvo la intención de producir la conversión de la tierra en
mercancía, modificando los usos de la tierra, dándose el fenómeno llamado de
“gentrificación”, que se produce en contextos de abandono y revalorización, con la expulsión de sus habitantes
tradicionales y su sustitución por
habitantes de clase media-alta, tal como
se pretende en la propuesta que analizamos, donde el desarrollo del esquí
aparece como una fachada de lo que para nosotros un claro negocio especulativo
inmobiliario
La Pampa de Ludden es un sitio especial, tan especial como
que es una divisoria de aguas en dos cuencas como lo son la Cuenca del Puelo y
la Cuenca del Manso. Desde allí drenan las aguas que se depositan en las
llamadas por el Código Ambiental “Altas Cumbreras de Mallín Ahogado NP6” y
también NP11 para ir percolando hacia espacios territoriales más bajos, y para
proporcionar humedad y agua a chacras y familias que viven de la ruralidad.
Consideramos que nunca el Estado debió vender esas tierras, primero porque
estaban dadas en pastaje y la Ley de Tierras no permitía que se dieran en
propiedad y luego porque el Código Ambiental Municipal así lo disponía hasta
tanto no se contaran con los Planes de Manejo de las áreas protegidas.
Funcionarios de la Provincia de la anterior gestión,
pisoteando la autonomía municipal, hicieron cuanto quisieron con la tierra
pública, hurtando al Municipio su capacidad de decisión sobre su territorio
incumpliendo con la manda constitucional que ordena la entrega de las tierras a
los Municipios, ya cumplida en el año 1994 sin que ningún gobierno tuviera el
coraje de reclamar hasta judicialmente de ser necesario, la administración de
las tierras públicas que son de todos.
Así, entre la tibieza de la permanencia en un rincón y la
temeridad de quienes pensaron que la impunidad siempre reinará en nuestra
provincia, se continúa sin acertar a tomar medidas que traerían mayor equidad
social. Por el contrario, desde la Provincia se avanza en proyectos inviables,
sin atender a los reclamos y el sentir de la comunidad más cercana al
emprendimiento que se propone.
Consideramos que es un error continuar con el análisis de
una propuesta que está atravesada por la ilegalidad: en la apropiación de la
tierra, en cortes de bosques nativos cuando estaba prohibido hacerlo, en armar
un esquema de rentabilidad inmobiliaria sobre la necesidad de los demás, entre
tantas otras que se han dicho todo este tiempo. Y que proviene de una Empresa
que no ha dado cumplimiento al pago en tiempo y forma ni del sellado del
Contrato de Concesión, ni de la habilitación, ni con la seguridad del Centro de
Esquí, arriesgando a toda la comunidad en su credibilidad ante los visitantes
del Cerro, sean turistas o vecinos.
Creemos que un Cerro de gestión comunitaria con
participación directa de los obreros en su desenvolvimiento es posible y hasta
socialmente aglutinante, acorde con la cultura de nuestro lugar, que siempre ha
sabido encontrar respuestas creativas a las amenazas ambientales que se han
presentado.
En esa esperanza, nos manifestamos. Para que podamos debatir qué Cerro queremos, en un Encuentro de Planificación Comunitaria donde cualquier vecino tenga voz y encuentre muchas orejas escuchando. Por el bien de todos.
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