Día Mundial del Perro: ¿por qué se celebra el 21 de julio?

El Día Mundial del Perro se celebra este viernes 21 de julio. Esta jornada tiene como objetivo visibilizar que alrededor de un 70% de estos animales de los 300 millones que hay en el mundo no tienen hogar

Se celebra desde 2004 porque fue impulsado debido a la importancia que tienen los animales en la vida diaria de cada personas, pero sobre todo para visibilizar la cantidad que están sin hogar.

Con esta fecha se pretende concientizar a las personas sobre la inmensa cantidad de perritos que son abandonados a su suerte, o que aún están a la espera de una familia que los adopte en alguna perrera o refugio.

Sin embargo, además de esta fecha, varios países coinciden en celebrar el Día del Perro el 26 de agosto, una iniciativa que surgió en Estados Unidos en el año 2004 y que se ha extendido a otros países como México, Colombia o Guatemala.

El Día Mundial del Perro y sus variantes

Aunque en Argentina no hay dudas de que el Día Mundial del Perro se celebra el 21 de julio, existen otras fechas que homenajean al mejor amigo del hombre. Varios países, entre ellos Estados Unidos y México, celebran el Día del Perro el 26 de agosto. También existe el Dia del Perro sin Raza (28 de mayo), el Día de llevar al Perro a la Oficina (21 de junio), el Día Internacional del Perro Callejero (último domingo de julio), el Día del Perro Adoptado (23 de septiembre) y el Día del Perro de Trabajo (6 de diciembre). 

Día del Perro en Argentina: ¿por qué se conmemora el 2 de junio?

Se conmemora el Día Nacional del Perro en homenaje a Chonino, el ovejero alemán de la Policía Federal muerto el 2 de junio de 1983 al defender a su amo herido en un tiroteo con delincuentes en la avenida General Paz. Chonino murió baleado y tenía en su boca un trozo de bolsillo en el que estaban los documentos de los delincuentes, que fueron detenidos cinco días después.

Chonino ingresó a la Policía Federal Argentina el 15 de diciembre de 1977. Fue adiestrado como perro de seguridad, pero sólo podía atacar cuando había peligro de vida para sus amos o terceras personas que se encontraban en riesgo.