Noticiasdelbolson llegó hasta Villa del Lago un lugar emplazado entre las montañas al pie del Lago Epuyen donde la familia Heinzle desde 1996 viven de la chacra y han innovado en un método de comercialización basado en la total confianza, dejan sus productos caseros como la miel, el dulce de leche o los quesos en una estantería y aquel vecino que pasa por la calle retira lo que quiere comprar y pone el dinero en una urna o en su defecto hace una transferencia de Mercado Pago. En los años que llevan con esta metodología nunca los robaron.
Campechano, franco y de tranqueras abiertas así es Walter quien nos recibe en su chacra ubicada al pie de la montaña y cerca del lago de Epuyen, llegamos hasta allí por la viralización que se hizo en redes sociales de una metodología de venta de los productos que fabrican muy especial y que recuerda la confianza de Canadá y de algunos países del norte de Europa uno retira la mercadería que necesita y en su lugar deja el dinero total confianza y honestidad, “empecé a vender miel casa por casa y me dice de una clientela bastante linda, siempre tratando de que consuman miel los vecinos, no vender hacia afuera, porque podría hacer un paquete de miel una vez por año venderla toda y listo me saco el problema de encima. Pero no tenía esa idea, quería que la gente consumiera nuestra miel”, asegura Walter contando cómo empezó su emprendimiento.
Seguidamente el productor aseguró que hay otros apicultores en Epuyen y afirma: “hay muy buenas mieles en la zona, entonces me hice una clientela, pero yo tenía que andar en la calle o ir casa por casa o ir cada vez que me pedían más”, cuenta Walter que para esa altura había introducido la costumbre de consumir miel en la región.
Faltaba tiempo
A todo esto continúa contando que se fue naturalizando la venta de miel casa por casa, “yo dejé de andar tanto en la calle, me paraban así a la pasada me preguntaban y ahí empezaron a venir de a poco a casa, hasta que tuve una clientela que empezó a venir a casa pero como yo hago otra actividades acá cerca, en la huerta o ahí en el fondo en la construcción o en las abejas que están a 50 metros, no estaba acá y mi familia va a la escuela, las chicas más grandes, los más chicos, mi pareja trabaja en la escuela y acá en el acá en el patio donde yo atendía no había, venía la gente y no había nadie, porque la gente que anda dando vueltas a cualquier hora y cualquier día entonces mis clientes empezaron a reclamarme”.
Claro la problemática estaba planteada, los vecinos estaban acostumbrados a consumir la miel de Walter sin embargo llegaban hasta la casa y no había nadie para atenderlos, una dos o tres veces y se volvían sin la miel, ante esta situación Walter pensó en una salida que habla de confianza y honestidad, “entonces yo les digo bueno ya lo voy a solucionar, ahí empezó la idea, lo vi en algún lugar y después dije <les dejo unas mieles ahí que se las lleven. Aunque no me las paguen, pensaba poner un cuaderno para que se anoten. Pero luego surgió de colocar una urna>, en el intento Walter se preguntaba: ¿Qué perderemos 2 kg de miel 3 kilo de miel?, yo tenía confianza que no iba a pasar nada así que los clientes continuaron viniendo, les recomendaban a sus parientes que vienen de afuera y les pareció espectacular porque siempre que vinieron se llevaron su miel”. contó.
Miel cremosa y de un sabor especial
Se trata de una miel muy especial que está trabajada con colmenas abastecidas de árboles de la montaña colocadas en la ladera y que tienen un tratamiento muy artesanal desde su recolección hasta su envasado y tal como lo hemos visto su posterior venta.
Pero no solo miel, sino también dulce de leche que es preparado con el excedente del rebaño de vacas que hay en la chacra, leche natural sin ningún tipo de agregado químico, preparado en las ollas de la cocina de casa, como lo hacía la abuela y con los ingredientes más nobles que salen de la chacra y el trabajo de los productores, en familia, es decir un dulce de leche que sale de la cocina de la casa.
¿Por qué no probar?
Más adelante Valentín hijo de Walter y Andrea nos cuenta cómo a pesar de resistirse un poco primeramente la idea de poner un autoservicio en un barrio de Epuyen con todo lo que esto implica y todas las noticias de robos, y mala prensa hacia el ser humano, de a poco se fueron convenciendo de ¿Por qué no probar?, “en el tiempo que llevamos con el autoservicio, porque nos gusta llamarlo así, la gente viene se sirve y nos deja la plata por una ranura que tenemos en una urna. No hemos tenido ningún tipo de robo, solo una vez un caso, recuerda Valentín, en el que nos faltó el dinero de un frasco de miel <bueno pensamos que alguien nos robó> pero al mes siguiente cuando fuimos a retirar la recaudación del día estaba el doble del valor de la miel, por lo que entendemos que ese mes habíamos fiado un kilo. Porque la persona cuando no tuvo el dinero se llevó la miel y cuando lo tuvo vino y pagó”.
Valentín nos cuenta que la chacra Nadia está ubicada en la villa del Lago frente al refugio y al camping del Lago Epuyen sobre la calle Los Cauquenes y para contactarse con ellos pueden ubicarlos en sus redes sociales tanto de Valentín Heinzle como de su hermana Nadia Heinzle. Aunque demás está decirlo, no hace falta contactarse con los productores, solo con llegar hasta el lugar retirar el producto que uno quiere comprar y dejar el dinero en la urna alcanza y sobra porque en el Epuyen la confianza y la honestidad van de la mano.
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