Comedor comunitario El Pitu, donde se cocina con el corazón




Terminado el verano y ya con las primeras nevadas y heladas en toda la región se nota fuertemente la caída del empleo informal y con el aumento en alimentos y canasta básica los comedores están recibiendo cada día más vecinos.  

Noticiasdelbolson visitó el comedor comunitario  El Pitu, ubicado en el corazón del barrio Los Hornos donde Graciela, una de la colaboradoras, asegura que ya son más de 60 los platos que sirven cada día y también los vecinos llegan de otros barrios como el San José, Luján y Esperanza, barrios que hay que destacar, están alejados hasta en algunos casos 6 km de donde se encuentra emplazado el comedor comunitario.

Primeramente Rodolfo Hernández más conocido como El Pitu nos comentó: “anoche la verdad, justo estaba mirando todos los videos que hicimos con ustedes y estaba recordando un poco todas las cosas que habíamos hecho, y con un poco de emoción de volver de un año más”, añoro El Pitu.

El peor año
Rápidamente aseguro que se viene un año muy difícil, “yo creo que este año va a ser uno de los peores que vamos a tener, no solamente en El Bolsón sino en muchos lugares porque ya se está notando muchísima la realidad que estamos pasando. Las cosas siguen subiendo día a día, es increíble pero bueno, nosotros tratando de cada día con Graciela, Iris, Yamila, con varias chicas las que están cocinando también de poder  seguir repartiendo comida para nuestros vecinos del barrio”, reconoció el vecino solidario.




Más, dan cada día más  
Sobre la cantidad de porciones que cocinan y entregan cada día Graciela comentó, “más o menos son 67,68 porciones para entregar de comida, y todos lunes, miércoles y viernes se entrega distinta comida, al mediodía a las 12 ya se empieza a entregar la comida. Hoy vamos a hacer tallarines con tuco”. 


Al consultarle si se nota la crisis en el interior del barrio Graciela no dudó en responder enfáticamente, “mucho se nota, de varios lugares ya viene gente que no es solamente del barrio sino de otros lugares de Luján, del Esperanza, Loma del Medio, del San José, de todos los barrios están viniendo, vienen y buscan sus porciones en un tupper o una ollita y se le entrega una fruta y cuando está el pan se le entrega el pan igual”, aseguró. 



A pulmón
En otro párrafo le consultamos  Enríquez, sobre cómo se sustenta el comedor comunitario recordando que él es de profesión gomero y que la responsabilidad de asistir el comedor comunitario le insume tanto tiempo que la gomería ya prácticamente permanece cerrada y la respuesta nos sorprendió, “esto se hace con el corazón, como digo siempre no nos damos cuenta de lo que hacemos, muchas veces nos ponemos a charlar y no nos damos cuenta lo que hacemos, a la mañana ando haciendo cosas para el comedor, laburo de tarde y por ahí a la  tarde se hace muy poco en la gomería, pero uno la verdad que no se da cuenta, porque al sentir que estás ayudando a otra persona y yo parece que mi casa tengo más. A veces me despierto o nos vamos a acostar y digo a la gorda que loco No? porque viene gente a dejar cosas, en serio tengo gente conocida del campo que vienen con carne y me regalan carne entendés y eso yo digo le digo a  mi señora yo doy hoy mañana tenemos de nuevo, y tenemos manos, no nos falta nada gorda, estamos felices”, nos cuenta Rodolfo con los ojos brillosos.

Seguidamente enfatizó en que es increíble de levantarte decir que gracias a Dios no nos falta nada, entonces cuando guardas un plato de comida o das con el corazón todo vuelve, asegura el vecino solidario. 


Con el Corazón 
Finalmente Graciela asegura y se le nota en el rostro que todo lo que hacen lo hacen con el corazón y dispuesto a poner lo mejor de uno, “como cocinamos en casa tenemos que cocinar acá y mejor, con el corazón y dispuesto de venir. Yo vengo siempre a las 8 o 8:15 estoy llegando y espero el día, espero el lunes para venir temprano, el miércoles, que se me pase el martes y el jueves rápido para venir a cocinarle a la gente”, confesó Graciela.

Entregarlo todo
Finalmente Graciela una de las trabajadoras del comedor comunitario reconoce que en más de una ocasión se queda sin comida para darle a sus propios hijos porque lo entregan todo, “me da cosa por ahí cuando no alcanza, porque la olla la hacemos la hacemos al tope y hay gente que por ahí nos da cosa decirle que no quedó más y le damos de nuestra comida, sacamos de nuestra ollita para darle a esa persona y voy me invento algo igual para mis hijos que llegan al mediodía a comer, pero bueno lo importante es que cada uno se lleve su plato de comida y se van contentos y vienen y vuelve y traen más gente y ahora va a empezar a llegar más gente todavía”, aseguró Graciela que lejos de estar preocupada por la cantidad de usuarios que aumenta esta feliz de poder ayudar.

Publicar un comentario

0 Comentarios