Los vinos del extremo sur argentino han tenido un desarrollo exponencial en la última década, con distinciones en competencias internacionales y alta demanda en restaurantes de categoría. El público los elige por las características propias de la zona patagónica: muy buena acritud natural, expresión aromática y muy buen equilibrio de cuerpo y acidez.
Actualmente existen unos 60 viñedos en el área que se extiende desde El Bolsón al norte, hasta Bahía Bustamante y Sarmiento al sur, con distintos niveles de producción .No obstante, hasta el momento el cuello de botella era conseguir las cepas para arrancar con cada viña. Necesariamente, había que mirar a la región de cuyo para proveerse.
Fue entonces que Touriñan comenzó a gestar su propio vivero el año pasado y actualmente cuenta con unos 3.200 esquejes en su chacra Temazcal, en el paraje Entre Ríos, donde también cultiva lavanda, elabora sus propios espumantes, cría ovejas y ofrece baños de gong a los turistas.
Una de las características principales de las plantas es que tienen un ciclo largo de maduración, que no concentran tanta azúcar. “Estoy preparado para empezar a abastecer a partir del próximo año, son todas probadas y gestadas a partir de viñas que ya están produciendo vinos, además de condiciones de sanidad garantizadas”, remarcó.
Recordó enseguida que “soy el primer vivero habilitado por el Instituto Nacional de Semillas (Inace) para la Patagonia. El año pasado me inscribí para desarrollar una baja producción, pero ahora ya está la meta de llegar a 33.333 plantas, a través de un sistema agroecológico y holístico”.
En coincidencia, Gastón Touriñan también cuenta con su propia viña y “el año pasado empecé con mi primera pequeña producción. Estoy desarrollando dos espumantes: uno de cannabis y otro de lavanda, además de un chardonnay. La idea es comenzar a desarrollar vinos de alta calidad, destinados a un mercado gourmet muy específico”, adelantó.
Demanda
Acerca del destino de los esquejes de sus vides, graficó que “este año fueron a tres viñedos, ubicados en Río Mayo, Trelew y El Bolsón, además de hacer reposiciones en otros”.
De igual modo, agradeció “el apoyo profesional del enólogo Darío González Maldonado (gestor de la mayoría de los vinos chubutenses desde hace 20 años). Él es director técnico del vivero y logramos que el Inace y el Senasa nos acompañen en la habilitación”, detalló.
Sumó que “estamos aislados del resto de los viveros y hay exigencias muy específicas. En nuestro caso, estamos trabajando en un concepto de sanidad y de calidad total. Buscamos la excelencia tanto en el vino como en las plantas. También producimos lavandas, álamos y sauces, porque la idea es vender un paquete tecnológico que incluya una cortina forestal y flores para proteger el viñedo”, recalcó.
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