El salmón Chinook en los ríos patagónicos: qué impacto tiene y cuándo es apto para el consumo





Originario del Pacífico, el salmón Chinook avanza en distintas cuencas de la Patagonia y genera interrogantes sobre su efecto ambiental y su consumo humano. Expertos advierten que no siempre está en condiciones óptimas para ser ingerido.

En un informe realizado por el diario El Cordillerano se destaca que el salmón Chinook, una de las especies más grandes y codiciadas a nivel mundial, continúa su expansión en los ríos patagónicos, donde ha sido detectado en cuencas como las de Lago Puelo y los ríos Azul, Turbio, Epuyén y Quemquemtreu. Su presencia, derivada de introducciones experimentales en Chile y de escapes de criaderos en jaulas, plantea un doble interrogante: el impacto ambiental de esta invasión biológica y las pautas a seguir para determinar si es comestible.




Según estudios publicados en la revista Desde La Patagonia, difundiendo saberes, el Chinook (Oncorhynchus tshawytscha) constituye la invasión de salmónidos migratorios más extensa del mundo, al colonizar en pocas décadas las principales cuencas australes de la cordillera, tanto del Atlántico como del Pacífico. La especie se adaptó a ambientes con poca competencia y aporta nutrientes que modifican los ecosistemas, pero también compite con peces nativos e incluso puede depredarlos.

Una larga historia de introducciones

Las primeras remesas de salmones Chinook llegaron a la Argentina entre 1905 y 1910, provenientes de Estados Unidos, y fueron distribuidas en ríos australes. Décadas más tarde, nuevas introducciones desde Chile —alimentadas por el desarrollo de la salmonicultura— consolidaron su presencia. Escapes de cultivos en jaulas y prácticas de ranching facilitaron su dispersión natural hacia cuencas argentinas, con casos documentados desde el río Santa Cruz hasta Tierra del Fuego.

Efectos ecológicos

La migración reproductiva del Chinook transporta grandes cantidades de nutrientes desde el mar hacia los ríos, lo que puede beneficiar a algunos ecosistemas pero también alterar la dinámica de especies residentes. Sus nidos de desove modifican el sedimento de los cauces y, en ocasiones, destruyen áreas de reproducción de truchas u otros peces. Además, los juveniles compiten por alimento con especies locales y, al crecer, pueden depredarlas.




¿Es apto para el consumo?

Especialistas advierten que el salmón Chinook recién ingresado desde el mar presenta las mejores condiciones para su pesca y consumo: su carne es firme, nutritiva y rica en grasas. Sin embargo, a medida que avanza en su ciclo reproductivo dentro de los ríos, pierde reservas y su carne se deteriora, con menor sabor, color y calidad.

Por ello, antes de consumirlo se recomienda verificar que el ejemplar no tenga manchas en la piel, heridas ni olor desagradable. Los peces capturados al final de la temporada, ya agotados por el desove, no son aconsejables para consumo humano.




Un fenómeno en expansión

El avance del Chinook en la Patagonia, desde el río Azul en El Bolsón hasta el río Ovando en Tierra del Fuego, es objeto de estudio de equipos científicos internacionales que analizan su genética y dispersión. Mientras tanto, pescadores deportivos y comunidades locales observan cómo este gigante del Pacífico se instala en los ríos cordilleranos, despertando tanto expectativas gastronómicas como preocupaciones ambientales.

Fuente : El Cordillerano










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