El Bloque PJ–Nuevo Encuentro fija postura sobre los fraccionamientos y la planificación del territorio en El Bolsón.
“El desmanejo en la política de tierras agrava el peligro de incendios en El Bolsón”
El Bloque del Partido Justicialista – Nuevo Encuentro quiere expresar públicamente su posición frente al debate sobre los fraccionamientos y la planificación del territorio en nuestro municipio, en un contexto en el que se multiplican los pedidos de subdivisión y la presión sobre el suelo urbano, sobre el agua, los bosques, el paisaje natural y las zonas productivas.
En las últimas semanas, nuestro bloque ha señalado en el Concejo Deliberante la necesidad urgente de recuperar una mirada integral sobre el territorio, coherente con lo que ya venimos expresando en otros debates públicos: en el análisis crítico sobre los incendios forestales, en la discusión sobre el avance desordenado de la frontera urbana y en los reclamos por el cumplimiento de la normativa ambiental y urbanística vigente. Todos estos temas están profundamente conectados. Un municipio que no planifica es un municipio que se vuelve vulnerable: a los incendios, a la incapacidad de prestar servicios básicos, a la pérdida de áreas productivas, de sectores de valor escénico-turístico y a la degradación ambiental.
Recientemente el Concejo deliberante (20/11), de manera totalmente irresponsable, habilitó en la modalidad de PH un fraccionamiento que aumenta significativamente la posibilidad de darle uso residencial y aumentar significamente la población en una zona cercana al lugar donde se desató el incendio del 30/01/25. Dando lugar al sobreparcelamiento de un predio de más de 40 hectáreas habitados por pocas familias, sin explicitar la factibilidad técnica del DPA y de la Dirección de Bosque, que justifique cómo es posible alojar allí más gente para uso residencial sin afectar el ya restringido acceso al agua de pobladores del lugar y poner en riesgo el entorno ambiental.
Los problemas de acceso al servicio de agua se repiten en distintos barrios y asentamientos de El Bolsón, zonas de interfaz con peligro de incendios. En Cerro Amigo o Cerro Saturnino en predios fraccionados bajo la modalidad de PH, en Loma del Medio por una obra abandonada por el Gobierno Nacional, en Los Repollos y Pampa de Mallín (incluidos en la última zonificación urbana, para aumentar la capacidad de fraccionamientos.
Hoy se volvió a incorporar en el debate legislativo un fraccionamiento sin la factibilidad técnica de los organismos responsables de garantizar el acceso al servicio de agua.
En este sentido, queremos afirmar con absoluta claridad que nuestro bloque no va a convalidar fraccionamientos que no cumplan plenamente con la normativa vigente. Esto implica:
1. Factibilidad real y comprobable de agua potable y saneamiento
Ningún fraccionamiento puede aprobarse sin demostrar de manera técnica y verificable que el acceso al agua está garantizado. El Bolsón enfrenta un escenario crítico de estrés hídrico y en emergencia ígnea; permitir subdivisiones sin esta factibilidad, es reproducir las condiciones que después derivan en asentamientos carentes de servicios básicos, con conexiones informales y/o sobreexplotación de fuentes naturales.
2. Cumplimiento estricto de la Ley de Bosques
En un territorio donde los incendios son una amenaza cada vez más seria, no se puede seguir avanzando sobre áreas forestales sin estudios adecuados ni sin respetar las categorías de conservación y uso permitido. La Ley de Bosques no es una formalidad: es una herramienta de protección ambiental y de prevención de catástrofes.
3. Protección de las zonas productivas y del modelo socio-económico local
Una expansión urbana desordenada y desorientada viene desplazando actividades agrícolas y ganaderas y en general de pequeña escala y que forman parte de nuestra identidad así como de nuestra economía. Economía que puede reforzarse a partir de innovaciones como el agroturismo, la diversificación en materia de producción primaria, las iniciativas artesanales, etc.. El sobre-fraccionamiento rompe la diversidad de la matriz productiva, genera conflictos de uso del suelo, daña uno de los principales atractivos turísticos de El Bolsón y compromete nuestro desarrollo a largo plazo. Acompañar proyectos que profundicen esa tendencia representa una grave irresponsabilidad económica, social y ambiental.
4. Respeto a las ordenanzas vigentes y fortalecimiento del sistema de planificación
El Código de Planeamiento Urbano y sus actualizaciones deben ser un vehículo y no un obstáculo: son un marco democrático para acompañar un crecimiento sensato. El Consejo de Planificación Territorial-Ambiental (el CPT-A debe ponerse en funcionamiento a la brevedad), el informe ambiental, los estudios de factibilidad, los proyectos de obra, las áreas de cesión al Estado y las garantías que deben presentar los loteadores, son requisitos obligatorios, creados justamente para evitar improvisaciones, impactos ambientales no evaluados con asentamientos y urbanizaciones muchas veces inviables y que después quedan abandonadas a su suerte.
No podemos a avalar que siga gobernando el territorio con “exenciones” improvisadas ni atajos que salten estos controles. La planificación no es burocracia: es la búsqueda permanente de justicia territorial, ambiental y social.
5. Responsabilidad política frente al crecimiento demográfico y las dificultades para acceder al agua en distintos sectores de la localidad.
El Bolsón está atravesando un proceso acelerado de crecimiento demográfico que, si no es regulado con firmeza, por limitaciones geográficas y la sobrevaloración de la tierra, profundiza la desigualdad en el acceso al suelo, la segregación socioespacial y la expulsión de familias trabajadoras. La condición mercantil de la tierra debe ser dependiente rigurosa del rol socio-cultural, ambiental y productivo que le cabe como territorio.
Nuestra postura es firme: desarrollo sí, pero no cualquier desarrollo.
El crecimiento urbano y periurbano debe darse con orden, con estudios técnicos, con garantías, con transparencia y priorizando la calidad de vida tanto de quienes van a habitar esas tierras como de la comunidad en su conjunto. Las urbanizaciones, loteos y asentamientos irregulares dispersos que nacen sin agua, sin servicios, sin planificación y sin control terminan generando problemas que paga toda la comunidad, y hacen a un Estado ineficiente.
Como bloque vamos a seguir trabajando para que El Bolsón recupere una planificación basada en el interés colectivo, en la protección del ambiente, en la defensa de las zonas productivas, en la prevención de incendios, en el uso responsable del agua, en la conservación del paisaje escénico-turístico y en principios de justicia territorial.
El futuro de nuestro territorio no puede decidirse en expedientes exprés ni en función de urgencias particulares. Tiene que decidirse con una mirada estratégica, responsable, democrática y con amplios consensos políticos.
Bloque Partido Justicialista – Nuevo Encuentro El Bolsón
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