Puente roto sobre aguas turbulentas


Está sobre el arroyo Negro, en el límite del barrio Andén y sobre la calle Viamonte. Clavos expuestos, maderas rotas y un “cráter” anexo que se tragan los autos marcan un paisaje que los vecinos quieren cambiar.


El vecino Luis Attadia, con domicilio sobre la calle Villegas, aseguró que lo sufre a diario cuando “las ruedas del viejo Falcon no tienen más remedio que sortear el pozo y después bambolearse entre los tablones destruidos” del puente ubicado en la intersección de las calles Pastorino y Viamonte, un lugar de mucho flujo vehicular por su cercanía con el barrio 100 viviendas, el Instituto de Formación Docente y la escuela 318.
De igual manera, los residentes del barrio Andén lo usan con frecuencia para vincularse con la avenida San Martín.
Attadia comentó ayer que “desde hace mucho el puente no solo esta descuidado en su mantenimiento, sino que hace un tiempo personal de Aguas Rionegrinas se presentó a trabajar en las cloacas, pero dejaron tapada la boca de la red con una cubierta de auto vieja, como para sumar una escollo más a quienes intentan trasponer el arroyo Negro”.


Son los propios vecinos quienes en reiteradas oportunidades toman sus martillos y doblan los clavos que sobresalen de los maderos, con la premisa “de no pinchar cubiertas”. No obstante “el agujero que deja ver las aguas del arroyo no lo podemos solucionar nosotros “, acotó.
En referencia a las respuestas del municipio, detalló que “el día 20 de diciembre me presente en el área de Obras Públicas, donde deje una nota para que hagan algo. Pasó el tiempo y no pasa nada, esto es nada más y nada menos que desidia”, opinó.
También se refirió al proyecto para construir tres puentes en dicho sector poblacional, apuntando a los accesos y a la conectividad del nuevo edificio de la escuela 318. Según su cuenta, “solo se hicieron dos, uno sobre 9 de Julio y otro sobre Mármol, pero parece que el tercero desapareció”, ironizó.