El intendente de Lago Puelo, Raúl Ibarra acompañó a la Biblioteca Popular en su 35° aniversario, con un cálido encuentro que se realizó en las instalaciones de la biblioteca ubicada en avenida Los Notros y El Maqui. Allí, socios, miembros de la comisión directiva y vecinos se dieron cita para celebrar la especial fecha.
Al respecto, el intendente Ibarra, afirmó: “Acompañamos a esta entidad, rescatando el valor de la misma a pesar del auge de las tecnologías y los libros digitales”. Y subrayó “hay muchos vecinos que sostienen esta biblioteca de forma voluntaria y nosotros acompañamos ese crecimiento”.
Homenaje a Martha Lydia Leiva
En el mismo marco, la comisión directiva de la Biblioteca Popular de Lago Puelo descubrió una placa en homenaje a Martha Leiva quien fue una de las pioneras dentro de la institución por muchos años. Martha Leiva falleció el 12 de agosto de 2017 lo cual causo un gran dolor en toda la población.
Al respecto Ibarra comentó "siempre digo que fue una compañera de ruta en muchas instituciones en las que puso su energía, alegría y voluntad de trabajo".
"Martita, como la llamábamos todos, siempre estará presente en todo lugar donde se construya algo noble para nuestro pueblo. Formó a muchas generaciones de niños y jóvenes", recordó Ibarra y agregó: "Martita siempre estaba y va estar, en la Biblioteca, en las escuelas, en la Asociación de Bomberos, estará siempre transitando con su eterna sonrisa y preguntando en qué puede ayudar”.
“Que hoy se la haya homenajeado con una placa en el lugar donde ella consideraba su casa, con la presencia de sus hijos es algo conmovedor que llega al corazón de todos los vecinos y al mío” concluyo.
Breve historia de la creación de la Biblioteca
La Biblioteca popular Lago Puelo comenzó a trabajar en el año 1984 debido a la preocupación de algunos vecinos que estaban interesados en que la misma se pusiera en actividad y sea un servicio para la comunidad.
En principio funcionó frente a la casa de la Sra. Silvia Vega, quién la atendía personalmente. Su marido José Graziano, dueño de una maderera de la zona, donó la madera para los estantes, las mesas y los bancos. Fue cambiando de lugar en varias oportunidades por no tener un espacio donde establecerse. Hasta que en el año 1993 por intermedio de la Dirección de Cultura recién conformada, el municipio decidió prestar un edificio municipal en la calle principal del pueblo. Fue la Bibliotecaria Martha Leiva quién prestó sus servicios ad honorem.
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