La esquina de Godoy y Ortega y Gasset, en el Oeste de la ciudad, fue el escenario del desplome de una obra clandestina que se realizaba arriba del supermercado Cooperativa Obrera. Al cierre de esta edición, al menos cinco personas murieron por el desplome del techo y más de diez permanecían desaparecidas. En tanto, siete habían sido derivadas (cuatro niños al Heller y tres adultos al Castro Rendón), aunque con heridas leves. En el hospital central se montó un operativo de atención a los familiares de las víctimas.
“Hasta ahora me informaron que son cinco las personas muertas. No podemos asegurar las edades ni tampoco la cantidad de desaparecidos”, aseguró en la madrugada de hoy Adrián Lammel, director del hospital Castro Rendón.
Por su parte, Encarnación Lozano -funcionaria de Desarrollo Social de la provincia- afirmó anoche por LU5 que más de 10 personas eran buscadas por sus familiares.
El operativo sanitario seguía instalado en la zona de la tragedia y se mantenía el alerta roja para la ciudad de Neuquén y Cipolletti. Estaba comandado por emergencias sanitarias de la provincia con la colaboración directa de todos los hospitales públicos, el SIEN y todos los hospitales privados, quienes participaron con sus ambulancias particulares en el traslado de los pacientes a los hospitales públicos.
Desolación
Personas que llegaban para encontrarse con sus seres queridos que habían conseguido eludir el peor destino, aquellos que no los encontraban y hasta quienes se acercaban desesperados hablando por celular con familiares atrapados dentro del supermercado signaban un contexto dramático.
El sufrimiento de quienes vivieron la tragedia se mezclaba con el de aquellos empleados que, temblando, observaban con pánico la trampa mortal que habían logrado esquivar. Hasta un hombre caminaba ensangrentado por la calle Godoy alejándose del lugar sin comprender la dimensión de la tragedia.
Fueron momentos desesperantes. Quince ambulancias y más de 100 personas de Salud –muchas de ellas se presentaron espontáneamente– trabajaban en la zona. Perplejos por la situación, los vecinos se confundieron con los integrantes de la Policía, Bomberos y Defensa Civil, que trabajaban en el lugar. “¿Alguien tiene alargues y reflectores en su casa?”, gritaba un operario. “Preguntá si algún vecino tiene un cortacadena”, pedía otro.
Así fueron llegando palos de cualquier tipo y hasta crickets de autos para tratar de apuntalar un lugar que estaba inestable. Con los minutos, los palos se transformaron en postes de luz que llegaron pasadas las 23 en camiones de la Municipalidad.
Las sierras eléctricas, el peor ruido. Acompañaba el sonido de las chapas de las estanterías que se removían, las cajas, changuitos y hasta el hierro de un porta bicicletas golpeando contra el hormigón de la calle. Sólo se detenía cuando alguien pedía a gritos que cesara el ruido para escuchar las voces de la gente atrapada. Muchos heridos se comunicaron desde los minutos posteriores de la tragedia con sus familiares a través de teléfonos celulares.
Derrumbe
Poco minutos antes de las 20, el techo del supermercado Cooperativa Obrera cedió y cayó especialmente sobre las góndolas del séctor de lácteos y la verdulería. “Había menos de 100 personas”, aseguró Romina, una de las cajeras que pudo salir del lugar porque los vidrios estallaron por la explosión. Una vecina que vive enfrente al supermercado realtó con asombro cómo otra de las cajeras terminó en su vereda tras el derrumbe. La línea de seis cajas ubicada más cercana al exterior resultó ser la menos perjudicada.
“Estábamos en la carnicería y de repente se apagó todo. No ví nada. Sólo atiné a salir y un escombro me pegó en el pecho. Después volví a buscar dos personas que alcancé a sacarlas pero no sé cómo hice. Esto es tremendo”. Con su voz temblorosa, un empleado del sector de carnicería del supermercado no conseguía entender aún qué había sucedido. Eran las 20.10 y sólo habían pasado veinte minutos de la tragedia. Ángel, todavía shockeado, se preguntaba una y otra vez cómo había conseguido salir ileso. Según muchos empleados, desde hace algunas semanas venían reclamando por pérdidas en los techos. “Se lo avisamos al jefe de obra”, insistieron. Indicaron que se estaba construyendo en el piso superior al supermercado.
Hoy por la madrugada, desde el Municipio aseguraron que el edificio no pertenece a la Cooperativa Obrera, sino que le alquila el espacio a un particular. “Al parecer es una obra clandestina. Se estaba llevando adelante en el corazón de la manzana, que no se ve desde el exterior. Pero esa es la obra que cedió. Obviamente, cuando se hagan las pericias podremos determinar a quién correponde la construcción, pero lo que se derrumbó no forma parte de la estructura del supemercado”, indicó Marcelo Bermúdez, secretario de Coordinación del Municipio.
Al lado del supermercado está la EPET 5. A esa hora, más de 500 alumnos cursaban sus respectivas clases de taller y el laboratorio sumado al turno vespertino que funciona en la escuela. “Tembló todo”, graficó un preceptor del establecimiento. Mientras Hugo relataba el drama de aquellos minutos aún seguían llegando desconsolados familiares de alumnos. “Llamamos a los padres y algunos se llevaban hasta de a cuatro chicos. Los mayores se fueron solos. Algunos todavía no los vinieron a buscar”, aseguró pocos minutos después de las 21. “Sentimos un ruido terrible. No entendíamos nada. Fue tremendo”, agregó Nélida Vivanco, una auxiliar de servicio.
Sobre la calle Godoy, empleados y clientes de una librería y un gimnasio vivieron la misma situación. “Sintieron un cimbronazo, cerraron todo y se fueron”, relató un empleado del lugar. Contó que se “movió todo” y cayó tierra sobre los negocios. En la librería quedaron algunas grietas.
Desconsuelo
A pocas horas del derrumbe, la Cooperativa Obrera emitió un comunicado donde se aseguró que “se desconocen las causas del siniestro”. “Nuestra prioridad es acompañar y asegurar una adecuada asistencia a las personas que puedan estar afectadas para lo cual nos hemos puesto a disposición de los organismos oficiales que están actuando”, se indicó. Además, Enrique Moreno, vocero de la Cooperativa Obrera, aseguró que la empresa no estaba haciendo ninguna obra en el local.
Anoche, Ramón Fernández, secretario del Sindicato de Empleados de Comercio, confirmó que arriba de la loza que se desplomó había un depósito de materiales. Informó que todos los empleados resultaron ilesos.
El gobernador Jorge Sapag dijo ayer desde Andacollo, en donde iba a participar del acto aniversario, que se enteró del trágico suceso de la Cooperativa Obrera y que por esta razón decidió la suspensión, tanto de los festejos previstos en esta localidad como también el que se iba a realizar en Los Miches. El mandatario, quien afirmó sentirse “consternado por la situación” y que hoy a la mañana estará en Neuquén capital, decretó tres días de duelo para actividades oficiales.
El intendente de la ciudad, Horacio Quiroga, adhirió al duelo decretado por la Provincia y suspendió todas sus actividades previstas para hoy. El jefe comunal se encontraba en Buenos Aires en el momento de la tragedia y volverá por la mañana a la capital.
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