Unas 20.000 personas observaron ayer la apertura del túnel
de fondo de la represa hidroléctrica Futaleufú, que durante cuatro horas
facilitó que vuelvan a correr los rápidos que hasta la década de 1970 se
mantuvieron en forma natural.
El hecho se transformó en una convocatoria turística masiva,
al punto que la cola de automóviles para ingresar se extendió por varios
kilómetros. Al respecto, la secretaria de Turismo de Trevelin, Alexis Tiznado,
valoró la idea de “poder instalar este suceso en el calendario anual de nuestra
zona, pero todo depende gestiones, la voluntad y la toma de cesiones de un
conjunto de instituciones” afectadas a la administración y seguridad de
complejo del oeste chubutense. Cabe recordar que la empresa que opera el
embalse solo utiliza este procedimiento “para realizar mantenimientos o por
razones de meregencia”.
“Esta es la primera vez que se da este fenómeno, donde la
comunidad podrá ver otra vez los rápidos del río Futaleufú, tal como los
teníamos en épocas pasadas”, agregó la funcionaria.
Miles de lugareños y visitantes esperaron ansiosamente el
instante en que la gran compuerta habilitó la salida de un gigantesco chorro de
agua y espuma que se extendió por centenares de metros, golpeando contra las
rocas antes de retomar su antiguo curso y bajar tempestuoso hacia la sala de
máquinas de la presa General San Martín, donde se genera la energía que
abastece a una amplia comarca cordillerana y además se deriva parte hacia
Puerto Madryn y al sistema interconectado nacional.
El público que estaba más cerca de los miradores terminó
completamente mojado por la lluvia y el rocío propio del escape, al tiempo que
se produjo una estampida hacia la zona alta de paredón del dique, donde la
vista fue espectacular, incluyendo un enorme arco iris sobre la multitud.
Esta actividad fue el cierre de los festejos por el “Día
Internacional del Turismo”, que además incluyó la puesta en valor de la “Huella
de los rifleros” –que une Trevelin con Tecka-, donde se ubica la histórica
escuela 18 de Río Corintos que fue sede del plebiscito de 1902 –protagonizado
mayormente por los colones galeses-; y la “Piedra Holdich”, tallada por el
Perito Pascasio Moreno en homenaje al arbitro inglés que dio la soberanía a la
Argentina en el conflicto limítrofe con Chile.
La represa “Amutuy Quimey” (belleza perdida), está
conformada por la unión de varios lagos y ríos del Parque Nacional Los Alerces.
El embalse de materiales sueltos tiene una longitud de 600 m y una altura de
120 metros. Existe un vertedero con capacidad de evacuar 2.900 metros cúbicos
por segundo. El agua llega a ella con un salto de 157 m, alimentando unas
turbinas de 448 MW de potencia.
La energía se transporta desde Futaleufú a Puerto Madryn por
medio de dos líneas de alta tensión con una longitud de 550 km, cruzando las
mesetas patagónicas de la cordillera de la costa.
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