Disparó contra el comisario

Primero chocó el auto de su hija, después se trenzó en lucha con los policías que intentaban reducirlo. Le quitó el arma reglamentaria a uno y con ella disparó contra el comisario Hugo Melipil, quien llegaba para tratar de calmarlo. Uno de los uniformados alcanzó a desviar el brazo del agresor y salvó a su jefe.


El propio titular policial contó el caso: “Alrededor de las 15 tomamos intervención en un hecho de violencia familiar que estaba ocurriendo en esta localidad. Mientras un patrullero se dirigía al lugar, una mujer acompañada por sus dos hijos -de 20 y 22 años- llega a la comisaría pidiendo auxilio en forma desesperada. Estacionan frente a la comisaría y en forma inmediata llega otro vehículo, también a mucha velocidad, y directamente impacta desde atrás al primero, produciéndole importantes daños”.

“Desciende entonces un sujeto portando en su mano un cuchillo de grandes dimensiones, de tipo campero, con el que intenta ingresar a la guardia para lesionar a las personas que perseguía. Su actitud fue impedida por la única empleada que se encontraba en la dependencia. En ese momento llegó un segundo policía, a quién también intentó agredir con el arma blanca, largándole varios puntazos”, detalló.

“En esa contienda que se da siempre en la vereda de la comisaría, el uniformado pretende inmovilizar al hombre, pero dado que estaba muy exaltado logra zafarse y le alcanza a manotear el arma reglamentaria”, según graficó Melipil.

Alertado por el escándalo, “voy llegando en ese momento y observo que me amenaza con la pistola para que lo dejemos llegar a su cometido” (lesionar a su familia).

“A esta altura también se suma al incidente el personal que retornaba en el patrullero. No obstante, este individuo alcanza a efectuar un disparo con el arma del efectivo policial contra mi humanidad, que afortunadamente termina pegando contra la mampostería porque uno de los uniformados se arrojó sobre él y alcanzó a desviar el brazo”.

Finalmente lograron reducirlo y detenerlo, para derivarlo más tarde hacia los tribunales de Esquel donde quedó procesado bajo los cargos de “lesiones agravadas, tentativa de homicidio, atentado y resistencia a la autoridad”.

Melipil recordó que previamente dicho sujeto (identificado como Ariel Mansilla, “años atrás expulsado de la fuerza”), “gatilló varias veces sobre la cabeza de su hija, aunque por alguna cuestión su revolver calibre 22 no se disparó, y resultó finalmente con una lesión punzocortante en el tórax”.











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