Asimismo Schifrin hizo reserva de impugnación para el caso que en la sentencia se tome en cuenta el legajo o testimonios policiales o judiciales que no se dieron en este debate o pericias para las cuales no asistieron los peritos, y de recurrir en caso de no ser tenidos en cuenta sus planteos al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
La querellante hizo referencia a la situación de la familia Garrido, al esfuerzo que hicieron para llegar desde Epuyén a Bariloche, de su buen comportamiento y del modo en que la Justicia "les dio la espalda", y detalló algunos de los maltratos a los que fueron sometidos los familiares en la morgue y en otras dependencias oficiales.
Cómo estaba Coco
Respecto de la situación en que fue detenido Garrido dijo que de los testimonios surje que tenía aliento etílico pero ningún otro síntoma de ebriedad, que se había comportado normalmente y que llamó a su novia para decirle que se iba a tomar un remise. Destacó que Garrido no era depresivo.
En relación con los signos que indican que habría sido asesinado hizo referencia a las "heridas de autodefensa" que tenía en las manos, a las heridas que tenía en el rostro y a que las pruebas realizadas con un cinturón similar al que utilizó demostraron que no hubiese servido para ahorcarlo porque no resistía el peso sin cortarse, y que había manchas de sangre en el calabozo.
Sin surcos
Schifrin recordó que la criminóloga Emma Creimer -quien había asegurado que Garrido no se suicidó sino que sufrió un golpe en el cráneo- señaló que no hubo surcos de ahorcamiento y que el hermano de Garrido al ver el caďáver se dio cuenta que no tenía ninguna marca en el cuello.
La querellante consideró que el trabajo de la doctora Laura Pavese, quien elaboró el informe médico, tuvo serias deficiencias. Entre otras recordó que Pavese afirmó no haber redactado el escrito sino que su autor fue el comisario Santiago Rolleri y que ella lo firmó, y que el trabajo fue hecho a oscuras porque se había quemado una lamparita y hubo que alumbrar con celulares. También señaló que, según palabras de Creimer, se dejó pasar el tiempo de practicar maniobras de resucitación.
La detención
La abogada consideró que no existía motivo alguno para detener a Garrido después del choque que sufrió. En ese sentido recordó los dichos del oficial Añahual, quien admitió que la protesta de la turista que chocó con Garrido influyó en su detención. Schifrin recordó que Añahual dijo "después la gente dice que la Policía no hace nada", al indicar que ese fue el motivo por el que se llevaron detenido a Garrido.
Para la querellante, en la detención hubo un abuso de autoridad. "Fue una detención que nunca tuvo que haberse producido" dijo, y recordó que Garrido "jamás fue notificado del motivo de su detención ni se dio el ingreso al calabozo".
Fuente Diario Ene
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