Según la acusación, el 24 de febrero en horas de la madrugada, mientras Santivano estaba cumpliendo funciones de cuartelera a cargo del calabozo de la Comisaría 12 de la Policía de Río Negro, ubicada en Perito Moreno y Roca, El Bolsón.
En esas circunstancias, estaba demorada la ciudadana Sara Vanesa Wright por esa fuerza de seguridad ante la sospecha de que había participado de un delito. Según la fiscalía, la uniformada obligó a la víctima a desnudarse, diciéndole que haga sentadillas. Luego le arrojó la remera en la cara, y mientras le decía que se vista rápido, la puso contra la pared diciéndole: “Callate la boca o te recago a piñas”. Luego la obligó a que se tire de cara al piso, con las manos hacia adelante diciéndole: “No quiero que te muevas, en donde te muevas te hago mierda, te quiero ver de jeta contra el piso y las manos arriba”.
Siempre según el documento acusatorio, seguidamente le hizo hacer saltos tipo “estrella” sin descansar, que mantenga los brazos en alto haciendo como si hiciera comillas con las manos a la mayor velocidad posible y sin parar. Todo ello mientras la agredía verbalmente y amagando que le iba a pisar las manos cuando estaba en el piso. La vejación culminó, siempre según Fiscalía, cuando la imputada dejó el servicio por el cambio de guardia.
Arrien planteó la necesidad de prolongar la etapa penal preparatoria hasta el mes de abril y además solicitó una prohibición de acercamiento y contacto por cualquier vía de la imputada hacia la denunciante, que a su vez ha manifestado sentir profundo temor en reiteradas oportunidades. El planteo fue aceptado por el magistrado.
Además, la Fiscalía había solicitado que la uniformada sea puesta en funciones pasivas dentro de la fuerza y sin el uso de arma reglamentaria, aunque la medida fue desestimada por el juez Laurence, por asemejarse a una condena anticipada.
El Cordillerano
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