Cholila ofrece los últimos días de pesca deportiva de la temporada



El otoño tiene condiciones especiales en el paisaje cordillerano: el bosque se tiñe de ocre y las tardes de sol traen el olor de las manzanas y las nueces entre las hojas. De igual manera, el color de las aguas de los lagos y ríos parece aún más turquesa, en medio del silencio absoluto que solo se atreve a interrumpir el salto de algún salmón o la zambullida de un Martín pescador.
 
Cholila es uno de los destinos chubutenses que estalla de bellezas naturales. Con sus 2.515 metros, el cerro Dos Picos (el más alto del Chubut) domina el paisaje al fondo del lago Cholila, aunque por allí cerca compite con el cerro Tres Picos, cuyos picos nevados enmarcan el horizonte que se extiende hasta las primeras estribaciones de la meseta patagónica. Se suman los lagos Rivadavia, Lezana y Mosquito (más los ríos Carrileufu, Tigre y Pedregoso), un verdadero edén para los pescadores deportivos del mundo entero.
Hasta el 1° de mayo (a excepción del lago Mosquito), la oferta es irresistible: truchas arcoíris, de arroyo y marrón, el famoso salmón encerrado y las percas y pejerreyes nativos están al alcance de anzuelos y señuelos.
Como en cada ambiente de pesca del país, la recomendación siempre es contratar un guía de pesca local, capaz de mostrar aquellos “lugarcitos secretos” y garantizar las mejores piezas. En coincidencia, hay suficientes lodges y hosterías de primer nivel que aportan las comodidades para pasar unos días que quedarán para siempre en el recuerdo y las ganas de volver.
“A esta altura del año, ya no hay turistas y uno puede pasar horas pescando en absoluta soledad, descubriendo cada recodo del río o caminando por la costa de un lago para tentar con la mosca a las truchas que saltan cerca de los juncos. En Cholila, podemos mostrar estos ambientes increíbles y únicos en el mundo”, graficó uno de los expertos.
Buenos pesqueros
En Cholila también están considerados “muy buenos pesqueros” los lagos Mosquito (se puede pescar todo el año) y Lezana, aunque las piezas de mayor porte se han obtenido en el lago Rivadavia, en el límite del Parque Nacional Los Alerces. En este espejo aparecen numerosas bahías reparadas y playas con juncos de aguas bajas, ideales para intentar con todo tipo de señuelos. Al parecer, la diferencia está en “la claridad, la luz y la transparencia de nuestros lagos, uno de los lugares más prístinos y naturalmente armónicos de la Patagonia andina”.






Lo cierto es que por estos lares, “lo importante no es pescar, sino estar pescando”, valoran los lugareños, para quienes también es fundamental “disfrutar de la mejor carne del mundo, con un buen asado entre amigos”. Además, este valle tiene el encanto histórico y romántico que dejó la banda del legendario pistolero norteamericano Butch Cassidy y su banda, cuya cabaña se mantiene en pie.
El lago Cholila es la cabecera del extenso rosario de lagos y ríos que se van interconectando hasta confluir en el enorme río Futaleufú, que termina en el océano Pacífico atravesando todo el territorio chileno. La práctica en la región está regulada por el Reglamento de Pesca Deportiva Continental Patagónico, que establece de qué forma se puede practicar y cuál es el límite diario de extracciones de piezas, si lo permite.
Flotada
Un capítulo aparte para el río Carrileufu, ideal para una flotada de pesca hasta su llegada al lago Rivadavia. Por la tranquilidad con que corren sus aguas, permite acceder fácilmente a las curvas, correderas y los pozones sombríos que esconden a las grandes piezas. El tamaño promedio de los peces oscila entre 1 y 1,5 kg con posibilidades de alcanzar hasta 2,5 kg. Es otro de los ambientes exclusivos hasta donde han migrado los salmones encerrados, algunas arco iris y hasta fontinalis.
El dato
El arroyo El Turco trae aguas tempestuosas y entra cientos de metros en el lago Cholila, es otro de los puntos favoritos para lanzamientos con líneas de hundimiento y streamers claros que imitan pequeños peces. “La sensación de un arco iris arqueado en el aire será difícil de olvidar, este sector siempre recompensa”, precisó uno de los guías locales.


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