Cierran 60 años de historia


La clausura definitiva del salón bailable “El Aromo”, en el paraje Entre Ríos, fue determinada por las ordenanzas vigentes que determinan que allí prevalece una zona residencial y una escuela. Como si no bastara, la justicia chubutense terminó condenando por desacato a sus propietarios.
De que el desarrollo inmobiliario y el crecimiento urbano “todo lo pueden” dan fe Dora Ana Cárdenas y su hijo, Cárdenas, los dueños del bar y salón “El Aromo”, un lugar emblemático para muchas generaciones de familias cordilleranas que supieron divertirse al ritmo de las orquestas que pasaron por su pequeño escenario.
Pasaron exactamente 60 años desde el día que Eliseo Cárdenas instaló el viejo boliche de campo en el predio de la fracción 2 del lote 19, sección C, a un costado de la ruta provincial 16; transformándose con el tiempo en la pista de baile por la que pasaron cada fin de semana abuelos y nietos de toda la Comarca Andina del Paralelo 42°.
Incluso, fue el mismo pionero quien donó el lote contiguo para que los vecinos pudieran concretar el sueño de tener una escuela cerca para sus hijos. Ellos pusieron manos a la obra la levantar la primera construcción de madera del colegio 109.
En coincidencia, en el mismo salón “El Aromo” se hicieron los eventos para recaudar los fondos para las futuras ampliaciones de las aulas, organizados por la cooperadora escolar. Aquellos aportes comunitarios de los Cárdenas quedaron testimoniados en un pergamino que en 1998 les entregó la ex directora Teresa Broitman de Oliva y que sigue pegado en una de las paredes del local.
Los embates legislativos y jurídicos contra el funcionamiento del salón determinaron a mediados de 2008 una serie de exigencias municipales que incluyeron una considerable inversión de los propietarios para la remodelación de las instalaciones, abarcando la disposición de nuevos portones de emergencia (que abran hacia el exterior); la ampliación de baños (caballeros y damas), extractores de olores, nuevas mesas y sillas, matafuegos, iluminación y hasta la construcción de un portal cubierto al ingreso del local en reparo del personal policial que efectuaba los adicionales de vigilancia y protección.
Condenados
Pero nada alcanzó y finalmente esta semana la justicia de la provincia del Chubut determinó “condenar a Ana Dora Cárdenas a sufrir la pena de un año y seis meses de prisión de cumplimiento en suspenso, por haber sido declarada penalmente responsable del delito de desobediencia, en concurso real con violación de sellos”, al romper las fajas de clausura puestas por la Municipalidad de Lago Puelo “los días 23, 30 de abril, 7 y 14 de mayo de 2011”.
En coincidencia, también cabe una pena de un año de prisión en suspenso para su hijo Hugo Carlos Cárdenas. Además se dispuso que ambos imputados “fijen residencia y cada tres meses se presenten en el Juzgado de Paz de Lago Puelo”, y que tengan que pagar las costas del proceso judicial.
En cambio, los jueces absolvieron a la propietaria de “El Aromo” del “delito de amenazas”.
Lo cierto es que con la desaparición de la popular bailanta –donde actuaban conjuntos musicales de toda la región-, “mucha gente de Epuyén, El Hoyo, Lago Puelo y El Bolsón se queda sin su lugar de esparcimiento. Es otro lugar histórico que se lo lleva puesto el progreso”, caratuló ayer un remisero que llevaba casa sábado sus pasajeros hasta el lugar y, de paso, se quedaba un rato acodado en el mostrador.