Unas 20 familias del barrio Luján Norte fueron afectadas por una sobrecarga de tensión en el único pilar del sector (llegando a medir 370W), que hizo estallar lámparas y destruyó televisores, lavarropas y cuanto electrodoméstico estaba enchufado.
El singular suceso ocurrió durante la mañana del lunes y, según denunciaron ayer los vecinos de la popular barriada, “nadie se hace cargo porque Edersa dice que no tiene nada que ver y que el pilar lo puso la municipalidad cuando llegamos a vivir, hace unos tres años”.
Varias mujeres acompañaron a los periodistas hasta la precaria instalación, donde se observa una caja térmica donde se suceden los enchufes que llevan la energía a los distintos domicilios, todo a la intemperie y sin el menor resguardo de seguridad.
“Eran las once y media y empezaron a estallar los focos y hasta el tubo fluorecente; de repente empezó a salir humo de la radio. Enseguida estalló el televisor que estaba encendido, el deco de Directv y el lavarropas tampoco anduvo más”, contó una de las mujeres afectadas.
A su lado, un hombre aseguró que “si no estaba a esa hora en mi casa, se prendía fuego, salía humo de todos los cables y alcancé a apagarlos”.
En coincidencia, unos y otros manifestaron su intención de llevar su rosario de quejas hasta las autoridades municipales porque “los de Edersa vinieron y midieron (nos dijeron que algunos cables tenían hasta 370W), pero insistieron con que la responsabilidad era de la comuna”.
“El intendente vive acá abajo y conoce bien el problema. Al principio nos dijeron que esto era una toma, pero saben bien que son tierras que nos adjudicaron por ordenanza. Hace más de dos años que estamos reclamando un pilar para cada uno, porque así estamos pagando los impuestos. Fíjese los palos, hasta cables pelados tienen, es una burla porque dejaron hasta las lámparas del alumbrado público puestas, pero nunca las conectaron”, detalló otra de las mujeres autoconvocadas a una asamblea de apuro.
Se trata de un loteo emplazado en el predio que históricamente fue el camping municipal de la Alegría, donde las familias adjudicatarias construyeron sus viviendas (la mayoría de buen gusto arquitectónico).
Con todo, los testigos del suceso remarcaron que “acá somos todos trabajadores y con todos estos gastos nos va a resultar difícil poder pagar las cuotas de $150 que nos piden para hacer los pilares individuales”.
En tanto, en las oficinas de Edersa se excusaron de dar algún tipo de explicación en razón “de ser todos de la parte comercial de la empresa. Por cuestiones técnicas tienen que llamar a Cipolletti”.
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