Más de 80 escritores de la provincia en Las Grutas rechazaron el proceso en marcha para elegir al titular del FER

Un fuerte y unánime cuestionamiento mereció el llamado a concurso público y abierto de antecedentes y oposición para ocupar el cargo de Director del Fondo Editorial Rionegrino (FER) por parte de los más de 80 escritores que participaron del Segundo Encuentro de Escritores de Las Grutas.
El propio secretario de Cultura, Carlos Maglirelli, confirmó la convocatoria al hacerse presente ayer en el encuentro, pero recibió cuestionamientos al conocerse que se hizo una reforma del decreto reglamentario de la norma sin la consulta y el conocimiento de los escritores, así como por las bases del concurso que, en base al análisis que se hizo ayer, “habilita a una elección discrecional del director”. Requirieron “se convoque a uno nuevo que contemple los plazos adecuados permitiendo a los postulantes informarse y cumplimentar los requisitos que el pliego establezca”. 



Respaldaron con su firma el reclamo los escritores Juan Raúl Rithner, Yolanda Garrafa, Laura Calvo, Mirta Santiago, Ramón Minieri, Claudio García, Liliana Campazzo, José Luis Blanco, Claudio Amaya, Elías Chucair, Pepe Sánchez, Daher Salomón, Poul Pedersen, Silvia Montoto, Carlos Espinosa, Raquel Borobia, Juan Matamala, Silvia Sánchez, Pascual Marrazo, entre otros de los más de 80 que participaron. 
Los escritores se enteraron en el encuentro por boca del propio Magliarelli que se hizo una reforma del decreto reglamentario de la ley del FER –que estaría en análisis de la Fiscalía de Estado-, lo que fue el primer fundamento para que se rechazaran las bases del concurso, porque el conocimiento de esa modificación “es un factor fundamental para conocer los alcances del llamado”.
El funcionario informó sobre algunos aspectos de esa reforma, pero los escritores no pudieron acceder a una copia del texto. No obstante se comprometió a remitirla a principios de la semana para que sea evaluada.
En el documento los escritores señalaron que, más allá de no contar con ese decreto reglamentario, “la lectura de llamado a concurso nos indica claramente que no se respetan los requisitos habituales de un Concurso público y abierto de antecedentes y oposición, sino que por el contrario, habilita a una elección discrecional del director”.
También objetaron que de acuerdo a las bases “ya no se va a elegir un director sino un subdirector, que no sólo constituye una jerarquía menor sino que se contrapone a las funciones a desarrollar para hacer efectivos los alcances de la ley”.
Requirieron “se rescate el espíritu inicial de la ley de creación del Fondo Editorial Rionegrino” se instó a que cualquier modificatoria “sea consultada con los actores”.
Se exigió en este marco que “se convoque a uno nuevo que contemple los plazos adecuados permitiendo a los postulantes informarse y cumplimentar los requisitos que el pliego establezca”. 
En la parte final del documento los escritores se pusieron a disposición del funcionario “para debatir en forma directa y personal”.
La presencia de Magliarelli y que gran parte de los escritores se enteraran recién allí que ya estaba la convocatoria al concurso para elegir el titular del FER –se había adelantado solamente por el Facebook- y que además ya no sería un director sino un subdirector, modificó sustancialmente el desarrollo del encuentro e implicó que se analizara y debatiera la información y los dichos que brindó el funcionario, y el contenido de las bases del concurso. 
Se cuestionó duramente que se reformara el decreto reglamentario de la Ley del FER sin consulta de los escritores y que Magliarelli no haya llevado una copia del texto, sin cuyo conocimiento no se podía analizar con seriedad el contenido de las bases.
También se cuestionó que el concurso está fijado para plazos perentorios –durante noviembre- cuando ni siquiera fue difundido en los modos que marca la ley –ni por el área de Prensa oficial, ni fue publicado en medios regionales ni en el Boletín Oficial.
Por otra parte, se analizó el texto de las bases y se llegó a la conclusión que en realidad no se trata de un verdadero concurso abierto por oposición y antecedentes, sino que se habilita –sobre todo por las facultades de la comisión evaluadora- la discrecionalidad.
En general una mayoría pretendía términos más duros para el documento de respuesta a Magliarelli, pero con el fin de lograr unanimidad en el pronunciamiento se ‘bajó el tono’. Especialmente tuvieron una postura más contemplativa los escritores de Cipolletti, ciudad de origen de Magliarelli. (APP)